jueves, 29 de septiembre de 2011

La despedida

Tras 3 años te he vuelto a ver. Seguías con tu principesco corte de pelo, la barba que te aconsejé y el carácter que me enamoró pero, a pesar de todo, eras un hombre distinto. Sí, he dicho hombre y no chico, porque aunque te cueste reconocerlo, ya eres un hombre. Pasas de los 30 y tienes ese regusto amargo que la vida que elegiste te ha dejado como recuerdo. Algunas decisiones equivocadas en momentos inoportunos te han oscurecido los ojos, pero siguen siendo tan bonitos como los recordaba. Ahí, justo detrás de esa máscara, tienes la ilusión de un niño que se niega a crecer y quiere que le den la mano a cada paso que da. Yo durante un tiempo fui esa mano... y me hiciste tremendamente feliz.

Nos vimos por sorpresa y no me reconociste. Fue extraño ver cómo los ojos que antes sólo me distinguían a mi, ahora ni siquiera serían capaces de vislumbrarme. Me dio miedo pensar que tú sí habías sido capaz de resetearme de tu memoria, pero ese temor se despejó rápido en cuanto te sonreí y te saludé. No dijiste nada y me abrazaste, fuerte, de ese modo tan peculiar y falsamente despreocupado que tienes de hacerlo. Me pediste que volviera a sonreír porque dijiste que se había oscurecido algo el día y cedí a tu petición. Sigues siendo tú.

¿Te das cuenta de que nos hemos reencontrado en el lugar en el que todo empezó y del mismo modo? Volvías a esperar a tu hermana en la facultad y yo salía del laboratorio. Ahora yo soy licenciada y tú continúas siendo el biólogo aventurero. Ahora yo soy más fuerte y tú continúas teniendo miedo a hacerte mayor.

Cuando estaba contigo veía el mundo desde un prisma oscurecido por el pánico que me daba saber que a pesar de que me querías de un modo irracional, yo no era más que el complemento circunstancial perfecto y llegaría el día en que tú te irías porque aparecería otra chica y yo me quedaría como recuerdo ideal de la chica que siempre quisiste amar y no te permitiste vivir. ¡Qué duro fue escuchar tu: "no puedo compartir mi vida contigo" con el ruido del aeropuerto de fondo!

No quisiste crecer y madurar conmigo, sin embargo me confesaste que cada vez es menos divertido cumplir años, te cuesta encontrar a alguien con quien compartir la cama más de una noche y aún tienes esos preciosos pendientes de esmalte que me probé y, según tú, sólo me sentarían bien a mí. Tus preferencias han cambiado y ahora es la vida la que te ha hecho un quiebro. Antes te sobraban las pretendientas, ahora la necesidad de sentar cabeza. Tú y tu tardía manera de empezar a, como dicen estos gallegos, "ver la vida".

"¡Tú sí que has cambiado", me dijiste. Pues sí, E., he cambiado. Me ves más guapa, más madura, más mujer, más soñadora y más fuerte. Y, como en la canción, estos mases siempre restan. Ahora ya no te pertenecen, ni tienes derecho a ellos. Te los agradecí de corazón, pero ya no siento nada cuando me hablas de todos esos libros que sólo tú y yo sabemos disfrutar, mi bien. Tú aún ves en mí esas cosas... y  yo un gratísimo aunque duro recuerdo.

Te amé y lo sabes. Me marcaste a fuego cuando te conocí con 19 años y me tatuaste con fuerza a los 20. Cuando aquello pasó, tenía un corazón enorme, robusto, sano. Apretaste tanto que lo convertiste en las migajas inútiles y desiguales que es hoy y que, tras mucho trabajo, he conseguido recomponer. He probado varios Loctites y ninguno ha funcionado y cuando creí encontrar el definitivo y tener la posibilidad de rehacerme, aún se empequeñecieron más esos cristalitos, pero ésa es otra historia.

Ahora soy una nueva "ratonina", como tú me llamas. Sigo siendo la misma soñadora que ansía cambiar el mundo y que cree en la gente que, tras un férreo examen mental, consigue pasar mis trabas. Sigo pensando en naranja y con música. Cantando Black de Pearl Jam cuando lloro y acordándome de ti cuando alguien me pregunta por algún chico inteligente.

Como toda la gente que he dejado entrar en mi vida de un modo más íntimo, tú eres un ser excepcional.  De los hombres más inteligentes que conozco. Tienes espíritu científico y eres un auténtico genio. Jamás he conocido a nadie con quien saciar mi curiosidad como lo hacía contigo. Eres realmente apasionante. Extravagante, melancólicamente feliz, tristemente irreverente. La viva imagen de lo que los Monty Python llamarían sentido del humor. Atractivo, con ese "savoir faire" que hace que cualquier mujer con el intelecto activo caiga rendida a tus pies. Lento movimiento de manos, una americana, tu voz tranquila y segura, tus ojos pidiendo a gritos un abrazo, exquisita educación... Un gentleman.

Pero te puede el miedo, ese que te paralizó para estar conmigo y te envalentonó hoy para arrodillarte ante mí y pedirme matrimonio. ¿Cuánto había de verdad detrás de esa risa nerviosa que sonoramente dejaste salir de tu boca? Sabes que mucho, igual que yo. Me tomé mi tiempo, sonreí, te acaricié la barba y te dije: "No regrets, baby. But I can´t be yours"; lentamente me giré, te guiñé un ojo y me fui.

Hoy, después de mucho tiempo, has tenido tu punto final.

Te deseo, con ese mismo corazón que te amó, que seas feliz. Yo procuraré dejarme la vida por serlo yo y sabes que siempre que el azar y tu querido Odín nos pongan en el mismo camino, si me necesitas te tenderé la mano, pero no guardes esperanza alguna en que sea para siempre, pues sólo te señalaré la dirección en la que creo que debes caminar, te la estrecharé y te miraré con cariño, porque un día fui tuya y ahora soy mía.



domingo, 25 de septiembre de 2011

Memories

Acabo de encontrar esto:

Tú: "Es que simplemente eres demasiado perfecta como para imaginarte"

Yo: "¿Sabes que cuando me dices algo así es como si me cayera desde un 7º piso?"

Tú: "¿Por qué?"

Yo: "Porque te quiero, porque me gusta escucharlo y leerlo y... al hacerlo sólo pienso en tenerte cerca, en abrazarte, porque me haces estar más y más segura de que eres tú y esa seguridad me hace feliz y esa felicidad me causa tanta impresión que es como si me tirase desde un 7º y porque... te creo, no sé si es la ilusión o es el raciocinio pero creo lo que dices y me haces sentir única"

Tú: "Así es como me haces sentir tú. Tu carta sigue encima de la mesilla y ya la leí unas cuantas veces. Es que no te puedes hacer una idea de lo que te necesito. No podría imaginarme ahora sin ti"

[....]

Yo: "¿Sabes qué veo cuando te miro?"

Tú: "¿Qué ves?"

Yo: "Veo el mundo... veo al hombre de mi vida, al viejecito que se vendrá conmigo a ver conciertos y al chico atractivo que me besa la espalda y me hace estremecer, veo a la persona que será capaz de darle sentido a mis sinsentidos, veo el mar... veo a un amigo, a un amante, a un novio, ... veo todo lo que necesito y necesitaré"

Tú: "Sé que peco de falta de originalidad pero eso es lo que veo yo. Tú eres mi futuro. Ahora mismo me da igual el contexto porque sé que la compañía será absolutamente inigualable. No me asusta dónde acabaré porque sé que estarás a mi lado y no sabes las fuerzas que me da eso"

Yo: "Siempre. Pase lo que pase. Estaré siempre contigo"

Tú: "¡Pero qué bien suena eso! Ahora mismo te abrazaría durante horas"



Dime que no se te estremece el corazón al volver a leerlo. Dime que no piensas lo mismo ahora. Wallabee.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Son preciosos nuestros besos

Según la R.A.E., confianza significa: "Esperanza firme que se tiene de alguien o algo". Miedo, por otro lado, es: "perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario".

¿Cuántas veces habrán salido en nuestras últimas conversaciones?

Como ya te dije, una vez, hace tiempo, no hiciste las cosas bien pero NO me traicionaste ni a mí ni mi confianza. Lo solté sin saber exactamente el significado que tenía esa palabra y ahora que lo he leído, estoy aún más segura. Mis esperanzas en ti están intactas, cimentadas en algo tan sólido como lo es nuestro amor, ese algo que nos une y no se va a borrar nunca. Sólo tú puedes entender la magnitud de nuestros sentimientos. Comprendo que dudes y no quieras volver a vivir aquella situación, yo tampoco quiero; pero prefiero intentarlo una vez más contigo a quedarme con la incógnita y tener que conformarme con otro, que no conseguirá, ni por asomo, llegar a una ínfima parte de lo que tú me das. ¿Que si puede volver a salir mal? Pues sí, siento decirte que esa opción existe, ya sea conmigo o con otra, ahora o en el futuro.

¡Hagamos magia!
Confía, en ti, en mí, en lo que tenemos. Sí, esa cosa tan especial que hace que nos separemos unos segundos cuando aparecen las barreras y no seamos capaces de mantener esa distancia; tu manera de mirarme y hacerme sentir bella, mi capacidad de hacerte sonreír. Nuestros retenes se esfuman cuando viajamos a Nueva York, cuando vivimos Enero, cuando estamos juntos dejándonos llevar. Tú mismo me dijiste que eso era lo que debía hacer en cierto momento... ¡hagámoslo! Dejémonos llevar.

El miedo paraliza y no lleva a ningún lado, no proporciona ningún tipo de satisfacción además de la angustiosa sensación de que se podría haber hecho algo más. Ya intentamos vivir sin comunicarnos y no pudimos distanciarnos, también estuvimos juntos de aquélla. Y era ese no saber nada de ti lo que me mataba, más que cualquier frustración por no haber tenido una justificación oportuna.

¿Recuerdas el primer día que nos vimos? Esos nervios, esa inquietud, ese saber que algo grande iba a nacer en ese instante, el no cortarnos en besarnos cuando habían pasado escasos segundos. ¿Y qué me dices de nuestra primera conversación por mensajes? Nunca tendremos, por separado, una Nochevieja similar. ¿Y el concierto? Me apuesto lo que quieras a que ninguna chica te va a invitar nunca a un concierto sin apenas conocerte y conseguir terminar convirtiéndolo en una fecha de inolvidable. ¿Y mi olor? No puedes dejarme con la duda de saber cómo huele mi colonia en ti al despertarte. ¿Y el buscarme en la estación? ¿Nuestro viaje alrededor del mundo? Todo eso pueden ser piedrecitas de un camino hermoso, inigualable, único y, sobre todo, nuestro. ¿Qué significa que sea nuestro? Que esas pequeñas cosas del día a día volverán a tener un color especial porque tú, maldito duende, tiñes de ilusión cualquier pequeña y nimia cosa que tenga a bien suceder.

Sí, sólo contigo puedo ir a un FNAC y ser yo misma, comprar unos pantalones porque te gusten a ti y creer que cuando me dices que soy guapa es verdad. ¿Ves? De esto último que acabo de enumerar sólo ha pasado una cosa y sé que las otras dos tendrán la misma validez.

¿Es eso una sonrisa? Sabes que tengo razón...

Y ahora, que has leído lo que siempre mantengo cuando hablamos, quiero que marques esta entrada como favorita y acudas a ella si alguna vez te asaltan las dudas.

Te quiero Dark Knight. Siempre te he querido y siempre te querré, estés o no conmigo y decidas o no intentarlo. Confío en ti porque sé que puedo hacerlo. Pase lo que pase.

Sí, te apetece abrazarme... créeme, a mí también. Igual que hacer el amor contigo... siempre fue distinto. No era sexo simplemente, era algo más; tú también lo dijiste. Por eso puse ese límite ayer, porque es algo más. Nos comportamos exactamente igual que cuando estábamos juntos, pero sin estarlo. Si fueras cualquier otro chico hubiéramos tenido sexo, quizá el mejor en mucho tiempo, pero no dejaría de ser nada más que eso... sexo. Sentirte en mí, verte sonreír después, tu pitillo postcoital y mi beso de agradecimiento, todo eso no es NADA si tú no eres él. ¡Qué curioso decir eso cuando tú eres Él!

Ahora, que tú me has encontrado, que podemos re-escribir la historia de un comienzo, si después de leerme he conseguido despejar algo tus cavilaciones, entonces, vuelve a conquistarme. Es sencillo, piensa en algo pequeño, peludo, con mala leche, que hace ruidos extraños y abraza de un modo especial. ¿Lo tienes? Pues bien... esa será nuestra clave.

Sólo yo querré abrazarte de ese modo.

Y, para finalizar, te digo desde ya unas cuantas cosas que debes saber de mí. Mis intenciones, vaya:
- quiero despertarme contigo todos los días que me sea posible y si alguno me es imposible, al menos quiero acostarme contigo
- quiero ver todas las películas que se nos ocurran
- cocinar juntos y para ti
- bañarnos a la luz de la luna en cualquier playa
- ir a un número indeterminado y tendiente a infinito de conciertos
- perdernos con un mapa en la mano y que nos dé exactamente igual
- sorprenderte día tras día con alguna de mis minichorradas
- mil billones de recuerdos a tu lado
- seguir conociéndote
- que te sientas orgulloso de mí y sientas mi orgullo por ti
- una cámara Polaroid que saque mi lado femenino y tu lado achuchable (estoy segura de que los tenemos)
- acariciarte la barba cuando te pique y cuando no
- visitar países de nombre impronunciable y comida sorprendente
- cuidarte si te pones enfermo
- ver tus reencarnaciones en bajista de L.A.Guns y robot multifunciones desde las mías: guisante y gato siamés
- recordarte con mis besos y abrazos cada vez que tengas miedo que hay algo que nos hace fuertes y no es efímero
- ...

¿Crees que con una vida tendré tiempo suficiente como para cumplirlas?


sábado, 17 de septiembre de 2011

Los hombres de mi vida

Un tipo que huele a Rock & Roll







"¡Qué gran diferencia! Ellos y nosotros. Los buenos y los malos. El saber y la ignorancia. El rock and roll y todo lo demás".  
Uno de los hombres de mi vida.


Acabo de comprarme el libro que autobiografía la vida de uno de los hombres de mi vida en este país. Sí, uno de esos héroes de barrio, camisas de cuadros, vaqueros negros y botas de cuero. Todos los hombres de mi vida son reconocibles por ello, su pelo largo, su guitarra, su melancólica aura y unas gafas de sol que tienden a ocultar las almas más puras y originales que jamás hayáis podido vislumbrar. Son sensibles pero fuertes, a su manera, ya sabéis. Músicos, amantes de la música, del arte, de la belleza.

Las RayBan no me dejan ver ningún atractivo en otro tipo de chico, supongo que soy una mujer fiel por naturaleza.

¿Cómo divisarles en un bar? ¡Sencillo! Estarán solos y pensativos, no te llamarán la atención a primera vista, sin embargo, serán aquellos que hagan que no dejes de mirarles intentando descifrar qué recorre su mente. Son chicos en blanco y negro. Heartbreakers profesionales, sin embargo los compramos como solitarios experimentados. Nunca suelen dar con la chica adecuada, a todas nos falta algo... siempre. Nunca somos lo suficientemente bohemias, nunca lo bastante soñadoras, nunca .... hasta que desaparecemos y, entonces, somos las chicas de la canción. Las perfectas ex. El complemento directo inversamente proporcional en lo adecuado a lo que te hicieron creer. Daiquiri blues.

Y eso hace que no puedas dejar de amarles. Tienden a tener un elevado porcentaje de toxicidad rondándoles, pero ¡ay de ti! piensan en ti como en ninguna y tú lo sabes, por eso te quedas. No sabemos vivir sin ellos. Riesgo y altura.

Personalizan su guitarra, su piano (delantera de Ford Capri incluida), su funda de guitarra... Nada es al azar y todo tiene un por qué, que si has escuchado a Dylan lo suficiente como para agarrarte a él como tabla de salvación, sabrás interpretar. Tú, ingenua, que creías que eras la única que leía a Bukowski por las noches, has encontrado en él, el tímido de la clase, el diamante en bruto, la alianza que encaja en tu dedo. Te felicito, te has unido al club.

Y ahora, que sabes de lo que hablo, que por su culpa te has escuchado mil veces la discografía de Bruce Springsteen, te sabes los set list de las 5 últimas giras y crees que tu vida no sería igual sin la invención de las Telecaster, he de decirte que nunca vas a volver a ser la misma porque acabas de descubrir algo único. Has bailado bajo la lluvia. Has entrado en ese mundo mágico que hay oculto bajo el manto del rock, de la búsqueda de la liberación (de almas, de pueblos, de sentimientos... pero siempre  liberación), de lo auténtico. Ya no te encandilarán los guaperas del pub cuando al hablar te recuerden cancioncillas insustanciales de cantantes pastelosos. Buscarás chupas de cuero como señales de salvación. Entenderás esas conversaciones indescifrables para el común de los mortales en las que: Fender, Sg, Les Paul y riff sean constantes. Soñarás con la Ruta 66.

Sí, nena (permíteme la licencia); una púa se esconderá en tu cartera y, fíjate, ahora te estás debatiendo entre ir a ver a Kiss o a Metallica. ¿Te acuerdas de cómo eras antes? ¿No? Claro... tú naciste al son de The House of the rising sun, te acunaron más de una y de dos veces Héroes del Silencio, tus primeras palabras en inglés fueron tarareadas con Riders on the storm... ¡Has tenido suerte!

Ninguno de ellos me va a regalar flores, ni irá corriendo a la estación de tren para pedirme que me quede un día más, tampoco me escribirán cartas de amor... sin embargo, sabrán qué canción poner cuando me encuentre completamente K.O., cuando esté como Kid Chocolate, tumbada en la lona. Tienen claro que se me conquista de manera simple y constante, de manera natural, siendo ellos mismos. Din don, fuego en el ring.

Y, finalmente, conseguirán que el balance de heridos sea, como no podía ser de otro modo: Black Hawk, derribado.


jueves, 15 de septiembre de 2011

Para que las vírgenes aprovechen el tiempo


Coged las rosas mientras podáis,veloz el tiempo vuela,la misma flor que hoy admiráis,mañana estará muerta.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Santiago

Cuando pienso en esta ciudad no pienso en peregrinos; pienso en amigos y en universidad, en futuro que ya es pasado y en presente que es sueño, pienso en lluvia como arte y en silencio como forma de expresión, en abrazos y en discursos, en estaciones de tren que conectan almas, en despedidas con llantos ahogados, en esfuerzos para no defraudar, en decepciones estrelladas en paredes de piedra, en camareros, peluqueras, agentes de policía... En conciertos en la Capitol y en conversaciones con artistas que se convierten en conocidos que te sonríen por la calle la mañana siguiente, en cenas de amigas, en noches de San Juan irrepetibles, en cumpleaños en solitario, en pedir perdón, en recibir perdones... en una parte de mi vida que no sé cuándo acabará, en recibir llamadas nocturnas y en olor a piedra mojada.

jueves, 8 de septiembre de 2011

La vida secreta de N


"Always looking on the bright side of life!"

Guión · Ilustraciones · Idea original · Argumento y distribución por M.

A simple vista parece una chica como otra cualquiera. Mediana estatura, calza más de un 36, farmacéutica de profesión y soñadora de vocación, capaz de mecer con el impulso de su risa y arrancar máscaras de tragedia ajenas, a la que, de vez en cuando, se le escapa un estribillo de Vetusta morla, Pearl Jam o Héroes del Silencio.

Pero si se observa con más atención hay algo... que no cuadra.
Es porque N tiene la ELEGANCIA DEL ERIZO; por fuera está cubierta de púas (una verdadera fortaleza), pero por dentro tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes.

Bajo la superficie, N es una pequeña heroína de leyenda (que pertenece al sueño de un destino brillante), pero no una de esas que se cambian en cabinas o funden un coche con sólo mirarlo (aunque esto también puede hacerlo), sino una de esas anónimas heroínas del día a día, que te salvan la vida sin que te des cuenta; alguien con quien pasar la tarde del domingo, con quien pensar en voz alta, con quien conspirar para dominar la raza humana o a quien contarle lo injusta que es la vida contigo por no haber encontrado el color de laca de uñas que querías.

Es gracioso (aunque de manera algo triste e irónica) lo rápido que han pasado los tres años desde que te conozco, desde que Madre Helí nos presentó en el pasillo del Pisito la soleadísima primera mañana que pasé en Santiago, y digo que es gracioso porque es el primer recuerdo que tengo de ser universitaria; ni las novatadas con sus calderazos de agua, ni la primera clase en una facultad atestada de noveles con cara de pánico.

ÉSE fue el momento en el que di el primer paso de un camino nuevo, inaugurado por el apretón de manos de la misma chica que, tres años después, sigue tendiéndome la mano cuando me tambaleo, y que agarra la mía cuando ella flaquea.
Ha habido momentos en que ambas hemos flaqueado a la vez (alguno incluso muy reciente) pero, como alguien dijo una vez, en toda relación humana se dan y se reciben cosas, y, a la larga, los flaqueos nos han dado lecciones y hecho más fuertes.

¡Y fíjate...! ¡Ya FARMACÉUTICA!
Ahora eres tú quien comienza un nuevo camino, y yo estaré cerca para tenderte la mano y recordarte las tres reglas de oro que he aprendido:

1.- Que estar vivo es perseguir instantes que se mueren.

2.- Que todo llega cuando tiene que llegar (para quien sabe esperar)

3.- Que no importa ganar o perder (lo que embruja es el riesgo, y no adónde ir)

Encontrarás un camino; el tuyo propio, el camino a esa vida que te mereces, a esa bohemia librería en París o Viena a medio iluminar, donde sirvan el mejor café de Europa y siempre suenen Aerosmith, los Rolling y Ella Fitzgerald; el camino para convertirte en una estrella del rock; para deshacer despacio el mundo y soñar entre arena y espuma, encontrarás una cura para los corazones solitarios y SEGUIRÁS PERSIGUIENDO TUS SUEÑOS PARA NO ACABAR EN LA PECERA.

NUNCA ESTARÁS SOLA.

M.



Es el texto más bonito que hay en este blog y no es mío, aunque sea para mí. Jamás he tenido palabras (ni gestos, ni actos, ni nada) lo suficientemente adecuadas como para agradecerlas, sin embargo, creo que deben estar aquí, en el rincón más personal que tengo. Se me encoge el corazón al leerlas porque con el mero hecho de que haya alguien que vea todo eso en mí, ya merecen la pena todos y cada uno de los malos ratos vividos. Este año no estarás conmigo y sin embargo, ninguna de las dos estaremos solas. Siempre has sabido cómo soy con sólo mirarme a los ojos, por eso también supiste que escribiéndome este texto y leyéndolo en el acto de graduación me ayudarías a sacar fuerzas para el último estirón. Nunca lo olvidaré. Tu jukebox personal, tu rock´N rose. 

miércoles, 7 de septiembre de 2011

¡Sííííííííííí!

Pues eso, que estoy contenta y que, además, cada vez me siento más orgullosa de lo que está pasando. Ya lo dije una vez, a los miedos hay que mirarlos a los ojos y se empequeñecerán. World is mine! 

domingo, 4 de septiembre de 2011

Sow the roses


Ayer volví a verles en directo en el Territorio Lunar. Wow. Y nada más que decir... Antes tocó Astral Lady y, sinceramente, de nuevo wow. No sé cómo explicar lo que sentí ayer al escuchar de nuevo todas aquellas canciones. Fue distinta tanto la ubicación como la compañía, no la sensación. Long life 70´s! Long life rock and roll! Volví a elegir morir en el Belfast y, como siempre, volví a sentirme en mi lugar. ¡Qué difícil es encontrar un sitio así!

Al escuchar "It´s dirt" me acordé de ti, no lo voy a negar. A veces pienso que olvidarte sería una tarea imposible porque es como enterrar una parte de mí. Sin embargo, sea como fuere, el caso es que hay un "Sow the roses" que forma parte del pasado, el cual, haya tenido el final que haya tenido, para mí fue positivo.

También hay un "Wicked game" que desgasto en mi iPod. Me sentí completamente reflejada en esa canción... y ese final, ese "nobody loves no one" es, sin duda, lo que yo vivía (¿vivo? not sure ´bout it). Esa sensación de desamparo, de incomprensión, de.... haber querido a alguien que te da la espalda. Por otro lado, al escucharla es como si alguien consiguiera arroparme, abrigarme. Oír mis sentimientos en boca de otro me ayudó a reconstruirme, a encontrarme en paz conmigo misma.

Por ello, esas dos canciones en esta particular lista. Por ello, dos sonrisas más al escucharlas.

Y mañana, seguro, que será otro día.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Nantes

Esta canción tiene algo mágico... y este vídeo también. Me entran ganas de volver a París, de caminar por Montmartre de nuevo. ¿O quizá sea por Pigalle? ¿Le Quartier Latin? Sea como sea.. ¡quiero vivir en sepia aunque sólo sea por un día!

Siempre he asociado Beirut con los viajes. No sé por qué pero su música me parece la perfecta banda sonora para momentos así. Es relajante, ¿no crees?

Estás agobiada, parece que cualquier cosa puede superarte y que a la mínima vas a saltar... buscas el iPod y pinchas en esta canción y todo para, al menos todo aquello que te rodea. Las cosas vuelven a tener un sentido porque puedes pensar con claridad, ¿qué te viene a la mente? El viaje a París que antes mencioné.

¿Me acompañas?

jueves, 1 de septiembre de 2011

What the water gave me

Me siento fuerte, con ganas de trabajar, de hacer algo grande, de sentir algo único... ¡¡¡de vivir!!! No es que sea algo nuevo, sino que esta vez es un sentimiento mucho más fuerte, más real. No sé qué lo ha motivado, quizá sean las canciones que estoy escuchando últimamente, puede que sean las expectativas tan altas que tengo para esta nueva hazaña que comenzará en unos días. Volverán las batas blancas, los laboratorios, el trabajar duro (¡más que nunca!), la gente conocida que dejé atrás en el mes de Junio. Sin embargo, todo será distinto, principalmente por la actitud que le voy a imprimir. No quiero volver a atrás, no más fines de semana carentes de emoción, no más días grises.

Acabo de darme cuenta de que casi todo el texto está plagado de noes, y sin embargo, es positivo, alentador. Probablemente no hay mejor retrato de que las apariencias engañan, ¿no?

La cuenta atrás ha empezado hoy y, dado que tengo claro que las cosas - a pesar de que puedan seguir una rutina similar a la de años anteriores - no van a ser iguales, voy a colgar aquí canciones o vídeos que me hagan sentir esta fuerza que tengo ahora. Ya sabes, aquello de guardar para cuando no haya.

Comenzaré por Florence and the Machine y su magnífico "What the water gave me". ¡Qué sensación de libertad! ¡De paz!

Volveré a conquistar el mundo, ¡¡seguro!!