jueves, 18 de diciembre de 2008

sábado, 13 de diciembre de 2008

Fuiste un sueño

Y anoche, me guiñaste un ojo mientras al piano desgarrabas tu voz al son de una canción única para los dos, estoy segura.
No quiero salir de la cama y perder con ello la continuidad de mi sueño, aquel en el que de vez en cuando, tú desde el escenario y yo desde la primera fila, cruzamos las miradas más de una vez.
Me sonreíste, te sonreí. Tocaste "Backstage" y yo creí que no era cierto, porque por fin alguien hacía que mi corazón palpitase con fuerza.
Diste por terminado el concierto y te ví, con los demás, cantando en el camerino, como sólo vosotros podíais hacer.
Como dicen en otra canción:"fuiste, y lo importante ha sido éso, que es pasado aunque me quejo".
Gracias Quique.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Se llamaba...

Se llamaba Javier y tenía una Harley. No recuerdo mucho acerca de nuestra relación pero nunca olvidaré lo que sentí cuando subí por primera vez a aquella moto.
Recuerdo cómo me agarré a él por miedo a caerme y cómo él sonrió antes de ponerse el casco, "tranquila pequeña, lo pasaremos bien", y tuvo razón, lo pasamos mejor que bien.
Al principio por mi parte todo eran temores. Con el paso de los kilómetros lo único que deseaba era no bajarme, que no hubiera que parar. Sentir el viento como única frontera inexcrutable en ciertos momentos, como aliado en otros, fue un regalo que jamás olvidaré.
Cuando nos bajamos y nos quitamos los cascos él me miró a los ojos y me besó. No estoy segura de cómo reaccioné, supongo que mitad sorprendida mitad encantada, el caso es que después, la noche se hizo día en medio de una cala perdida allá por el nororeste del país.
El Sol nos despertó y recogimos nuestras cosas. Revisé varias veces para ver si lo había cogido todo, olvidando que allí dejé algo que jamás recuperaré, la ilusión de haber sido feliz al menos un ratito cada día.