martes, 21 de diciembre de 2010

Casi dos años

Hoy, después de casi dos años te he vuelto a ver porque me has llamado. Hoy, de esa manera que aún no acierto a comprender has conseguido que te vuelva a besar a pesar de todo. Hoy, me has dicho que te gusto, que te atraigo, que te sientes bien conmigo y que quieres que yo me sienta bien contigo. Hoy has tenido el valor de prometerme Berlín.

"Me gusta verte sonreír".. a mí me gusta sentirte cerca porque estoy cansada de soñarte. Porque ya casi había olvidado tus rasgos -mentira, mentira, mentira...- y sin embargo has decidido que hoy era el día de que volviera a hacerlos presente. Hoy, sin duda hoy es presente y mañana seguirá siendo hoy, porque "hoy"duró casi dos años y sin embargo, con la misma vigencia, éste puede durar otros dos, o tres, o dos meses, o cinco segundos, el tiempo que pase hasta que vuelva a verte, porque la vida me ha demostrado que hay una segunda vez para todo. Incluso para seguir queriéndote. Voy a recorrer esta ciudad... voy a llegar hasta el mar, el mar me cura la herida.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Mad women



A pesar de mi heterosexualidad hiperafirmada, he de reconocer que me encanta esta mujer porque me parece auténtica, original, tiene curvas, es bella, tiene estilo... única. Véanla en Mad men, no se arrepentirán.

domingo, 12 de diciembre de 2010

¿Qué me está pasando?

No sé, hay días como hoy en los que creo que no voy a ser capaz de estar a la altura. Tengo tantos planes para el futuro, tanto miedo, que me parece que voy a cargármelos de una sentada todos el mes que viene. Sé que me pasa porque me preocupa y que esa preocupación está basada en un trabajo, lo cual, paradójicamente, debería de tranquilizarme, pero no es así. Me gustaría poder tranquilizarme, el hecho es que TENGO que hacerlo, pero no lo consigo, por eso, siempre me digo: "mañana vuelvo a empezar con todo" y empiezo, y dos o tres días después me vuelvo a hundir. Y no, no es justo, pero quizá sea lo que tiene que pasar.

Hoy es el último día que me permito estar así. El último. Quiero que el verano que viene sea como este último, en el que no hice nada y me lo dediqué todo a mí, a mejorarme por fuera y por dentro. A curar mi alma y mi mente, y lo voy a conseguir. He de disfrutar de esta pena que me embarga hoy, porque mañana la desterraré.

Sé que esta vez va a salir bien...

sábado, 13 de noviembre de 2010

500 days of Summer



Me ha encantado esta película, me han entusiasmado sus personajes, me ha dejado impresionada el estilismo y creo que me he enamorado de nuevo de Matthew Gray.

Me merezco, como mínimo, un piso así.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Sucede que a veces

Pues eso, que sucede que a veces me canso de explicar obviedades y de tener que pararme más de dos picosegundos en una cosa que, al menos para mí, sale de ojo. ¿Que quizá esté siendo una intransigente? Pues puede ser, pero tengo claro que los demás tampoco lo harían por mí y que, normalmente, yo les dedico a ellos bastante más tiempo del que me conceden. Cierto es que hay honrosas excepciones.

Vale, sí, lo reconozco, eso que para mí es tan normal (como saber que el disco en solitario de Chris Cornell es una auténtica bazofia) para otros puede no serlo tanto. Pero es que cada día que pasa me cuesta más encontrar a alguien con el que hablar de música (ergo de mi vida) sin llegar a la extenuación. Sin tener que explicar palabra por palabra qué siento cuando escucho "Sentado a la diestra del padre, esperando la luna de Cáncer, haciendo de la duda un arte, planteándome en serio volver a nacer" y lo peor de todo es que no sé explicarlo y entonces se repiten las mismas frases en distintos labios: eres demasiado rara, demasiado ecléptica, no tienes claro lo que quieres (¡que te crees tú eso! ja!), te pasas la vida entre acordes...

Y quizá tengan razón, y quizá suceda que a veces me canso de ser yo misma, de mantenerme erguida defendiendo mi unicidad, mi punto de vista. También sucede que soy una rata de biblioteca, una melómana empedernida y una groupie de los 70 que nació demasiado tarde...pero eso, sucede que a veces, me gusta serlo.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Run just as fast as I can, o lo que es lo mismo: huyendo.

No sé qué es lo que me lleva, de cuando en vez, a hacer cosas como éstas: dejar textos aquí, en este sacrílego altar de miedos e inseguridades que nadie de mi entorno conoce, quizá por aquello de avergonzarme de ser normal, quizá por miedo a que, después de pasarme la vida entera diciendo que "yo siempre digo todo a la cara", haya cosas que me lleguen tanto al alma que no me dejen con fuerzas suficientes como para defenderlas en un "vis a vis".


Últimamente todo es Carnivàle, un circo.

Hoy no he ido a la facultad, no había ganas de ponerse la máscara y sonreír ante estupideces, aguantar que A. me copie textualmente los apuntes durante las clases porque "si se pierde en una palabra ya no es capaz de seguir copiando e hilarlo todo al final"- cosa que me repatea enormemente y que, debido a ser mi último año y que me estoy poniendo todo por montera, ya le he dicho en activa, pasiva, prosa, verso y jeroglífico -, soportar estoicamente que los profesores te tomen por subnormal... Ni que ellos fueran mucho más listos. Seamos serios, la endogamia departamentil que se da hace que su coeficiente reste varios enteros y, si tenemos en cuenta que nunca fue muy alto, haga que queden así, quidicí, "agilipollaos".

Vamos, que hoy no es un día bueno y que no tengo ganas de hacer que mejore. La nota positiva la ha puesto la llegada del paquete que me habían enviado mis padres con los pantalones arreglados , aunque con esto del régimen no me van a valer ni una semana tan siquiera, pero bueno... al menos ya tienen 15 cm menos de lo que tenían antes...
Sigue haciendo frío y, además, llueve.


Post Scriptum: Me parece que merece la pena mencionar el momento de acercamiento al guitarrista, ¿no me digáis que no es sexy?

lunes, 8 de noviembre de 2010

¡Peligro! Mujeres...


Hay veces, la mayoría, en la que una conversación entre amigas te puede ayudar a ver las cosas de otro modo, a cambiar tu perspectiva sobre un tema y aclararte las dudas que tengas o se te hayan podido generar. Otras veces, las menos, se comienza hablando de una cosa, se termina debatiendo sobre otra y, finalmente, se llega a una conclusión errónea, inducida por unos cuantos estrógenos peleones que no dejan ver la realidad del asunto, y ciegan a las interlocutoras de tal modo que lo que al principio no era más que una cuestión redundante y posiblemente retórica, termina siendo el comienzo de, como mínimo, una III Guerra Mundial.
Hace poco yo formé parte activa de una de estas charlas, para ser más exacta diré que de una de ésas que pertenecen al segundo tipo. Vale, lo reconozco, la generé yo.... ¿y sabéis qué es lo peor? Que nos equivocamos de cabo a rabo, que no supimos ver con tanta luz y nos cegamos, nos equivocamos y nos alzamos en aras de una contienda que ya habíamos ganado....

Lo dicho en el título, a veces, deberíamos llevar una señal de peligro.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Andrés



Ayer volví a ver a Andrés en directo. Y me volvieron a entrar ganas de ser la groupie de la noche, de acostarme con él e irme a casa sabiendo que, con suerte, algún día yo sería "ella" en esas canciones, al menos en una. Y entonces moriría feliz, de veras que sí.
Y lo peor de todo es que me mira en los conciertos y me sonríe, y entonces me pongo las alas y me doy al viento y vuelo, llegando tan lejos en mis sueños, que me atemoriza pensar el realismo con que los vivo.

Tengo un problema contigo, Suárez, y es que no sé si te sueño o te admiro, o las dos cosas a la vez, o ninguna... Algún día, post-concierto, me quedaré a hablar contigo y tendré el valor suficiente para preguntarte si realmente me miras a mí y me sonríes, si es cierto que me ves como yo creo que lo haces. Puede que todo sea un espejismo, que no sea más que una cara entre la multitud, si bien es cierto que cuando nos encontramos por la calle, de casualidad, en la zona vieja de Santiago, me miras con cara de reconocimiento y yo me ruborizo, apuro el paso y le doy gracias al cielo por hacer que al menos te suene mi cara...

Quiero compartir cierres del Gasteiz, Maycar y demás locales. Quiero conocerte y darme cuenta de que te he idolatrado tanto que no eres como yo pienso. No eres perfecto, no. Sólo eres un tío atractivo, uno más. Pero sigo teniendo miedo, de que me pinches el globo, me quites una de las ilusiones de mi vida y no sea mi nombre el título de ninguna canción...Hoy te he vuelto a recordar.


Su acento era milagro del viento, cruzándome en silencio la piel... "Cántame algo" y canté...

jueves, 28 de octubre de 2010

Rolling Stone



Quiero salir en la Rolling Stone, ser la portada. Sí vale, no tengo un grupo de música y no soy modelo pero tengo mis sueños... tan irrealizables como el de Bob Dylan de ser la voz de una generación y fíjate dónde está él... y fijémonos en qué voy a llegar a ser yo. Like a Rolling Stone?

Hoy me he levantado revival. Sí, creo que son esos genes paternos que tanto me marcan que hacen que sea una groupie desfasada. Necesito escuchar algo auténtico, como aquellos conciertos de los Guess Who o de los Doors. Sé que contigo no voy a poder dejarme la piel conversando acerca de estos temas, supongo que por eso, y porque esta noche te veré e iremos al cine juntos por primera vez, me dejo las ansias aquí. Onanista de la mente.

¿Me despertarás algún día con un Hello, I love you?

lunes, 25 de octubre de 2010

Sin encuadre

Estoy desenfocada. Sí, como aquella foto que me sacaste a traición cuando miraba al mar ayer por la tarde. Y es que verlo... y es que verte me produce eso, sensación de aislamiento, de desenfoque. No te correspondes en absoluto con el arquetipo de hombre que siempre he pregonado que me gusta, ¿qué tienes? No lo sé, pero cuando estoy contigo algo cambia. Es como si hubiera terminado el puzzle. No hay más huecos ni más piezas, todo encaja.

A veces tengo miedo a dejarme llevar y a darme cuenta de que puede que seas el aquél con quien pase el resto de mi vida. Lo temo porque puede que sea verdad y me asusta que hayas llegado tan pronto, jodiéndome el plan de ser la tía soltera de los hijos de mis amigas. Amargándome las tardes tumbada en el sofá de mi futura casa, con los ojos llorosos y una tarrina de helado, viendo películas en blanco y negro o soñando que desayuno con diamantes, mientras añoro que alguien me dé caricias. No sé si estoy preparada para ser feliz contigo.

Llevo diez minutos releyendo el párrafo anterior, es tan estúpido. ¿Cómo se le puede tener miedo a aquello que siempre has querido? Es como si a día de hoy rechazase una entrada VIP para ver a Héroes del Silencio en su último concierto sólo por el hecho de que el papel en el que está impresa no es como me lo imaginaba. Presupongo que es el miedo a no tener excusas para soñar y verme obligada a hacer un esfuerzo y materializar todo lo que quiero. ¿Holgazanería? No, no puede ser eso.. Es una actitud que no va conmigo, pero entonces ¿qué es?

Ayer M. estaba triste, pero de manera pícara e insultantemente adorable me mintió y me preguntó por ti, esquivando así el contarme sus problemas. Yo siempre respondo lo mismo, ya sabes: "estoy bien, todo en orden, camarada"; y pasó lo de siempre, se rió, me descolocó el pelo y se fue. Tengo la impresión de que la estoy perdiendo y ya no sé cómo llegar a ella, pero claro, puede que sólo sea una impresión.

Volviendo a ti, el hecho es que si él eres tú, me hubiera gustado no ser tan increíblemente absurda al configurarte con una camisa de leñador, el pelo largo, la barba, una guitarra y una voz melodiosas que compusieran canciones que me hicieran amarte eternamente. ¿Por qué sigo imaginándome que algún día estaré con alguien así, si quiero estar contigo? ¿Dudas a estas alturas de la película? Es demasiado pronto para eso, ¿no? ¿No se supone que debo cejar en este tipo de pensamientos?

Menos mal que siempre me quedará la música para perderme en mis sueños...

domingo, 8 de agosto de 2010

Mis días azules

Últimamente sólo las canciones de siempre no me sirven para apaciguar mi estado anímico, por ello revivo sentimientos latentes en canciones, de esas con mayúsculas, que casi nunca escucho precisamente por eso, por la necesidad de tenerlas ahí, dispuestas, para momentos especiales, momentos como éste. ¿Qué tiene este momento de especial? El todo y la nada. Nada que hacer, nadie por aquí, nadie por allá, .... unas vacaciones en toda regla. Descanso de la rutina, descanso del corazón, descanso en todas sus dimensiones y magnitudes. El todo es algo más difícil de explicar: todo aquello que cargo a mis espaldas, mis risas y mis llantos, mis abrazos, mis besos, mis noches desenfrenadas y mis mañanas solitarias, los atardeceres en infinidad de ciudades a las que no sé si volveré pero que tengo por cierto que estuve,...

Cada verano, más o menos en las mismas fechas: a principios de Agosto, me siento algo similar. Es un desazón que me embarga de tal modo que no sé ni cómo ni con quién suplirlo. Quizá sea la sensación de la necesidad de volver a la rutina o quizá sea el volver a experimentar la soledad que cada verano comparto conmigo misma y que llega a ese punto en el que se hace odiosa, en el que deja de tener ese sabor a miel sobre hojuelas para convertirse en papel cartón que reseca el paladar y agría un tanto el carácter. También puede que sea el calor y mi necesidad imperiosa en lo que a lluvia se refiere; quizá, este año, sea Madrid, que me ahoga y me atenaza con toda su oferta cultural sin tener con quien compartirla. Puede ser... Qué sé yo.

El caso es que sin musas que me guíen necesitaba dejar aquí constancia de ello y también recomendar fervientemente una de esas canciones de las que hablaba al principio del texto. ¿Cuál? Muy sencillo Días azules, de Iván Ferreiro. Y después de oírla, os pasará como a mí y es que "no sé qué decir"...

sábado, 29 de mayo de 2010

Magenta

Si te soy sincera, no sé dónde estás pero ahora mismo te daría un abrazo. Comentaría contigo el concierto del jueves, lo que sentí, cómo viví cada acorde y lo que me emocioné escuchando "Benijos" por tercera vez... ¿recuerdas, verdad? Sé que a ti también te pasó.  Igual que las sonrisas que nos robó Marwan al asombrarse con la complicidad del público. Tu piel también se erizó cuando nombró a Damien Rice....

No sé dónde estás pero te echo de menos, igual que todas las noches. A veces pienso que te estoy construyendo en mi cabeza un hueco demasiado grande, que mis expectativas hacia ti son muy altas y que realmente no existes, y si existes no estás a mi alcance. Tengo miedo a no encontrarte, a seguir soñándote para siempre. 


Cuanto pánico le tengo a que no haya nadie que comprenda que soy capaz de ver en un mes 4 veces a un cantautor en directo porque me lo pide el alma, que necesito leer continuamente porque mis ilusiones no se ciñen a los patrones de la realidad, que daría todo por encontrar un alma sensible que al despegar el avión me hiciera sentir que, incluso en el aire, estoy en casa porque él es mi casa.

¿Sabes? Si algún día lees esto, me gustará pensar que me he equivocado, y que soy una groupie que ha encontrado a su estrella de rock. Quizá sea por eso o porque sigo siendo una niña, año tras año pongo mis zapatos bajo el árbol de Navidad, esperando que me dejes una nota con una fecha, una hora, un lugar o un nombre, o simplemente con unas palabras de aliento que me hagan sentir que mis ilusiones se han teñido de color magenta porque algún día tú teñirás de naranja mi vida, de azul a mi príncipe y de verde a mi esperanza.

miércoles, 14 de abril de 2010

...

Algún día
la canción será silencio
y el arte gritará
que nunca ha sabido
ni cómo ni dónde estar.
Hazte fuerte, gritó la paloma
que sola has de caminar,
ten paciencia lucero,
que el alba te llega
y el sonido despierta,
volviendo a estropear,
la decencia queda
que sin palabras solo puedes encontrar,
en el alma del niño que dejaste marchar...

jueves, 21 de enero de 2010

Delirios y obviedades

Esta es una de esas tardes lluviosas como lo son todas en esta bendita ciudad en la que el arte, la historia y la juventud son sinónimo de día de diario, de vida, de muerte y de cumbre celestial en la que tus ángeles y mis demonios juegan al ajedrez, ganando, como lo hace habitualmente, la distancia.

He conseguido no pensar en ti durante unas horas, y me he sentido bien, porque he sido libre. El problema está en que en esas horas, te he sustituido por otro hombre, más acorde conmigo, más cercano. Ayer, igual que hace un mes, me fui por la noche a verle. Nos chocamos y le estorbé para subir al escenario, él me sonrió y me pidió perdón mientras mis mejillas se sonrojaban y mi voz susurraba un:"lo siento".
Subió y tocó, cantó, me miró y me volví a enamorar. Y es que él tiene algo que no he visto nunca en nadie que no fuera yo: sentimiento. Cuando escuchaba a Fran Rey tocar el piano, él sentía, cuando cogía su guitarra, seguía sintiendo, y cuando bebía ron con cola, también.
Verle cantar era una oda a la pasión, un romance sin fin protagonizado por las musas, la música, sus sentimientos y mi admiración.
Desde que le oí por primera vez él ha sido mi tratamiento, mi terapia para olvidarte. Su música es algo diferente a todo lo demás y tú bien sabes que para mí la música siempre será lo primero.
Casi lloro al oírle tocar la guitarra y cantar: "si quieres, te ayudo a subir bolsas del mercado, si quieres, hacemos el verano algo más largo, si quieres nos quitamos la ropa y leemos algo,...".
Sólo espero que algún día alguien comparta conmigo esto, esto que siento cuando la escucho, cuando me paso la tarde viendo vídeos del Youtube de conciertos suyos porque siento que, si no lo hago, me falta algo.
Habré de cambiar Eduardo por Andrés, que, al menos, este último, ya sé que nunca voy a conseguir perderle.