Una voz adormilada resuena del otro lado del teléfono y se deja mecer por la mía, se deja llevar y me cuenta secretos que, en el mundo real, ése de ahí fuera, no me contaría. Se desgrana punto por punto ayudada de la valentía que le aporta el no saber si realmente está hablando conmigo o la conversación no es más que un sueño.
Confiesa, no sin pensárselo, que tiene esperanzas puestas en que algo fructifique. Me cuenta sus problemas, sus preocupaciones, me hace partícipe de su realidad. Necesita acción para seguir ahí y con unas pocas palabras mías de asentimiento acaba diciéndome que necesita un cambio en su vida, algo que se ve bien desde fuera. No puede seguir así. O se mueve o caduca.
Sigo escuchando atentamente y entresaco de sus balbuceos que está triste, que se encuentra mal, y que hablar conmigo le muestra una mínima sonrisa por parte del mundo, me alegro. Sinceramente me alegro.
Creo que le hace falta un abrazo, y, desde aquí, me agarro fuerte a la almohada para intentar hacerle llegar parte de mi fuerza, creo que lo nota, yo siento un cosquilleo que me recorre la espalda, tiene que sentirlo.
Se calla, escucha mi respiración, respeta mis tiempos y yo me acomodo en el suyo, su tempo, su ritmo, que acaba por convertirse en el mío.
El silencio se rompe con la magia de un: "te escucho respirar", y cierro los ojos con una sonrisa que pretende decir: "es, justamente lo que estaba pensando".
Tantos sincronismos encontrados en la rutina que nos rodea, me hacen creer que hay algo más, que nuestras llamadas son las conexiones de dos almas perdidas que, al dar la una con la otra, han encontrado una senda que poder compartir.
Llegaste para quedarte, nos quedamos para ayudarnos y nos ayudamos porque nos apreciamos. Reglas simples que marcan la realidad de algo precioso que nace de tí y de mí.
¿No quieres llegar a mí, no?
Las pequeñas cosas te tracionaron
Ahora ya no habrá errores
Los diques se están rompiendo
Siempre necesitamos un apoyo para los momentos dificiles y al igual que muchas veces nosotros los tenemos tambien debemos ofrecerlo.
ResponderEliminarMuchas veces es mejor una compañía silenciosa que una charla sin sentido.
Un abrazo.
P.D.: He encontrado un corcurso de relatos cortos, anímate a participar.
http://www.nacionrolera.org
tu vida es vida
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realmente creo que escribes lo que vives, yo creo que esas son las únicas palabras que son de verdad.
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