De vuelta a casa con una sonrisa entre los labios. Hoy ha sido un día maravilloso. Me ha encantado compartirlo contigo. ¡Por muchos días así juntos! Y por nuestra casa: Valhalla.
14/02/2011
3 a.m.
"[...]Significas muchas cosas: eras aquél con quien quería empezar a confiar
en mí misma con este nuevo aspecto y sin embargo, que me dejes, hace que
tambalee cualquier tipo de estructura más o menos sólida que pudiera haberme
ido construyendo. Eras ese compañero que quería que me acompañase en mis
últimos momentos universitarios y en los primeros pasos de mi vida “adulta”,
quería compartir contigo mi próximo cumpleaños y los que le siguieran, quería…
y no quería, en realidad quiero, pero por ti y sólo por ti, tendrá que ser
quería. Me canso de resignarme a los deseos de los demás, al final siempre
estoy al servicio de otros: soy la voz del otro lado del teléfono cuando no hay
con quien hablar, la que sin duda consigue que sonría quien lo necesite, la que escucha pacientemente a los demás,
la que… soy todo eso, pero también soy la chica que te quiere y que no sabe
cómo va a hacer esta vez para volver a aprender a caminar sola, la chica que no
sabe qué credo rezar para olvidar
que alguna vez le dijiste que “eres tú, es que eres tú, sin duda”. ¿Soy yo?
¿Qué soy yo? ¿Quién soy yo? ¿Por qué lo dijiste? No sabes lo que duelen esas
palabras ni lo que me está costando tener un mínimo de oxígeno en mis pulmones
durante algo más de unos segundos. Me estoy obligando a respirar, pero no
quiero, ahora no quiero.[...]"
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Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo precisamente por su perfecta imperfección.