miércoles, 29 de febrero de 2012

Man in the box

Hoy me han atacado por uno de mis flancos débiles: el cine. Me gusta, he de reconocer que me falta cultura en este campo y que me encanta que la gente me descubra películas mágicas. 
He mantenido una conversación extraña con R. en la que veía especularmente toda mi pasión melódica reflejada en la suya fílmica y me heló. Me quedé boquiabierta al experimentar lo que se siente cuando alguien te habla desde lo más profundo de sus entrañas para explicarte lo fascinante que le parecen unos pocos segundos en una relación espacio-temporal infinita.

Entonces, en medio de aquel parque que tantas veces me vio pensar en I. sola, me miró a los ojos y me dijo: "te equivocas, tu película favorita es Alta fidelidad".  


So, I´m the man in the box
buried in my shit
won´t you come and save me, save me?

¿Lo hará?


lunes, 27 de febrero de 2012

12 quizases y 2 probabilidades

Quizá nunca fuimos nada y yo me empeñé en pensar que sí que lo éramos. 

Quizá la conexión tan especial que sentía contigo sólo fuera una mera ilusión producida por el hecho de que cada vez que escuchase una canción supiera exactamente cuál sería tu reacción, cómo sonreirías o incluso las palabras que saldrían de tu boca; tu siempre presta negación y lo caros que costaban tus halagos a pesar de que, interiormente, los regalases con más facilidad. 

Quizá, porque todo puede ser, tú y yo únicamente estamos destinados a ser una muesca más en la pistola del otro. Una posibilidad convertida en error, un fallo.

Quizá tú deseas algo que yo nunca tendré y tú eres algo que yo no merezco. 

Quizá algún día nos olvidemos y entonces, probablemente, yo me convierta en una nota de una melodía recurrente y tú formes parte de una legión de "me gusta" que aparecen en facebook en el grupo que toca el tema que tengo de melodía en el móvil.

Quizá el tiempo pase y no recordemos con quién fuimos a ver a The soulbreaker company o The answer pero podamos recitar el setlist de memoria.

Quizá llegue el día en que no sintamos la música del mismo modo y nos volatilicemos de la memoria ajena.

Quizá yo te olvide y tú hayas roto mis cartas.

Quizá la distancia sea una solución y no volver a la memoria del otro la respuesta.

Quizá tú volviste a mí porque significo algo para ti y yo te dejo ir porque es un buen modo de demostrarte lo que te quise.


Probablemente nunca fuimos nada y sólo se trataba de espantar juntos nuestras soledades.
Quizá mis ojos no se reflejaron nunca en los tuyos.

Probablemente, quizá sin duda, esto sea lo mejor.

domingo, 26 de febrero de 2012

Face it!

Sí, asúmelo, los abrazos son la mejor tirita para cualquier herida, incluida ésta que por raro que parezca, de esta vuelta, no sangra. Las voces amigas que han insistido en preguntarme qué motivó todo esta vez, predicen cielos claros y soles espléndidos para días venideros; quizá seis meses de tranquilidad y un par de vaqueros nuevos de por medio, y aparezca alguien. 

Yo sólo pido tiempo y que esta sensación de hermetismo que impide que nadie me llegue a importar duren mucho. Ahora me centraré en mi carrera, en mis cosas.
Sí, echaré de menos los abrazos, los quererme mucho con alguien y los mensajes tontos, pero tendré algo mejor después: unos grandes informes sobre mi aportación en el día a día del laboratorio.

Dicen que la vida es un ente equilibrado: el yin y el yan. No sé cuál será mi siguiente punto positivo pero me gustaría pensar que, sea lo que sea, es algo que va a durar: un trabajo en el que se me valore, una casa estupenda, mi lugar en el mundo; whatever.


viernes, 24 de febrero de 2012

Nunca se ha de olvidar



Que el peor día de nuestras vidas sólo dura 24 horas.


Otra vez te ha dado por irte. El año pasado lo hiciste por la puerta de atrás, este año he sido yo la que ha preferido no escuchar tu porqué. No me iba a aportar nada saber que te has liado con N., tirado a S. o quizá hecho una orgía con J. y alguna amiga más. Me da exactamente igual el motivo, estoy por encima de él porque, al final, el resultado es el mismo: se acabó.

Tú sabrás si te merece la pena la circunstancia que se te presentó y aprovechaste. Yo lo que tengo claro es que, esta vez, el que sales perdiendo eres tú. Con el tiempo te darás cuenta de cuánto. Pero ahora no, aún no.

Como te dije ayer: sólo espero que la vida te dé lo que te mereces, sea lo que sea. Y no, no lo tomes como algo negativo o dicho desde el rencor pues es lo más realista y bonito que te pueden decir; al fin y al cabo es lo que cada uno se ha ido granjeando con el paso del tiempo, ¿no?.

Pudimos ser grandes, tú decidiste conformarte con la mediocridad, te agradezco que me hayas dejado a mí la excelencia.


Tengo arte para destrozarme sin dejar de sonreír.





jueves, 23 de febrero de 2012

Cerrado por derribo

Definitivamente, el amor y yo, no somos compatibles. 



miércoles, 22 de febrero de 2012

Yo soy un no

Soy una chica tranquila, ordenada, paciente y serena. No me gusta que me intenten enmarcar y acotar en un terreno que, casi con toda seguridad, se me quede pequeño. No me gusta la gente que cree conocer a otros y se permite el lujo de aventurar ciertas actuaciones. Están errando, siempre.
Que sea tranquila no quiere decir que no tenga genio, ni mala leche, ni poco carácter; más bien todo lo contrario. Me conozco y sé hasta dónde puedo llegar, a partir de ese límite es mejor no estar cerca, no controlo, me desahogo y no tengo medida de lo racional ni de lo lógico o tolerable, por eso me enseñé a ser capaz de aguantar. Llamémoslo medida de prevención de riesgos.

Somos alimentados con una dieta mental de tontería y porquería diseñada para disminuir nuestro sentido de identidad propia y cerrar definitivamente nuestra conciencia hasta que se vuelva una pálida sombra de lo que puede ser. Uno se vuelve una oveja y la oveja se vuelve un rebaño.

No formo parte del ejército INDITEX, no me visto como el 90% de las chicas de mi edad y no escucho la música que el mercado defiende como exitosa. No me quedo callada ante lo que no me gusta y, ante todo, no subyugo mis ideas a las que me vende nadie: ni el gobierno, ni la oposición, ni el 15M... Procuro leer todo y estar al tanto de cada cosa que ocurre para poder formarme mi propia opinión, es probable que errónea e indudablemente coja en ciertos aspectos pero mía.

Casi todo lo que he escrito comienza con un "no" y es que yo, principalmente, soy un "no".

No soy fácil de complacer porque soy muy exigente.

No formo parte de la mayoría en nada. Soy un extremo, un puntal individual. No soy como todas ellas, ni como tú, soy yo y estoy orgullosa de serlo.

No soy tolerante. Nunca lo he sido. Ahora califícame de talibán y probablemente hayas dado en el clavo, aunque es probable que no.

No soy hipócrita. Prefiero quedar como una borde a como una impresentable, son opciones, ya sabes.

No bebo, no fumo, no me drogo y soy joven. Lo sé, acabo de hacer saltar tus esquemas por los aires. ¿Por qué no te planteas que sean tus ideas las erróneas en vez de calificarme a mí como rara avis? Si ahora mismo te digo que yo he hecho una dieta hiperproteica en la que se pueden matar neuronas por una etapa de cetoacidosis y confronto este hecho con un grupo de chicos fumando porros, ¿por qué inconscientemente te parecería más insana la dieta? ¿No te parece bastante más ridículo e improductivo lo segundo? Ahí es donde hay que empezar a cambiar cosas.

Pero ¿sabéis que es lo peor? Que yo seguiré pareciendo una especie en extinción cuando en realidad debería ser la norma.

martes, 21 de febrero de 2012

Trigger

A veces pienso que morirte sería lo mejor que nos podría pasar a todos, incluida a ti. No me gusta nada esta persona en la que te estás convirtiendo, tanto es así que incluso estoy empezando a despertar un sentimiento de rechazo profundo a pesar del inmenso amor que te profeso. 

Lo único que buscas es que todos estemos a tu alrededor, nunca has valido para estar sola y cuando eras más joven te recuerdo reconociéndolo. No me gusta esta ñoñería apremiante, esa sensación de que TENGO que estar ahí siempre porque sino tú vas a estar mal, que vas a acabar con la salud de mi padre (esto lo tengo claro) y que él, a su vez, lo pagará con mi madre y conmigo, porque es lo lógico, porque es lo que toca, porque es lo normal. 

No voy a permitir que destruyas esto que he tardado tanto en conseguir, esta calma. No voy a consentir tener miedo cada vez que descuelgo el teléfono cuando me llaman mis padres porque note que han discutido y hemos vuelto a aquel punto en el que ya había abogados de por medio y yo esté lejos. No puedo hipotecar mi vida por enésima vez. 

Tú no lo sabes pero he visto discutir a mis padres tantas veces que creo que perdí parte de mi niñez en cada frase que salía de sus bocas. Siempre era el mismo guión y siempre me obligué a estar en la habitación en la que ocurría todo para no huir de los problemas y comprenderlos. 
Hasta los 7 años aguanté estoicamente aquellas disputas hasta que un día no pude más y me recuerdo en una esquina de la cocina arrodillada, llorando y pidiéndoles por favor que dejasen de discutir. No me escuchaban porque sus gritos tenían mucho más volumen. De repente, mi padre se giró y me vio, me preguntó qué pasaba con la voz más dulce que jamás escuché y lo solté todo: 7 años contenidos que salieron torpemente de mi boca. 7 años de recuerdos impolutos que les presenté sobre la mesa. Ellos también lloraron. 

Crecí y vi cómo aquellas discusiones se volvían más constantes y menos agresivas en las formas (jamás hubo violencia entre ellos, he de aclararlo) aunque mucho más incisivas en los comentarios. Sé que eso me ha formado y es la causa de que ahora sea yo la que tiene que tener cuidado cuando se enfada y contar hasta 30 porque soy experta en hacer daño con el vocabulario. He aprendido a base de ejercicios prácticos. Y no tengo rival.

Te quiero porque cuando mis padres no pudieron estar conmigo de pequeña yo trabajé en la tienda contigo. Tú me recogías en el cole y de ahí a despachar pan, magdalenas, bollos y cualquier dulce que pueda venirme ahora a la mente. Tú: mi abuela, esa mujer a la que rechazaron en la familia política por pobre y sin embargo fue la que la sacó adelante.
No te mentiré si te digo que siempre adoré al abuelo, para mí él lo era todo. Le echo mucho de menos y en este momento necesito que haga brillar una estrella para decirme que no estoy sola. Él murió demasiado pronto, como todos aquéllos a los que amamos. Y tú mutaste a ser un espectro. Cambiaste tanto que me costaba abrazarte para apaciguar tus lágrimas; sé que tú le lloraste por las dos, yo a día de hoy sigo sin ser capaz. Eso fue el declive.
Luego vino tu cáncer, el marcapasos de mi padre, el accidente de mi tío, .... y tú caíste en picado porque no pudiste ponerle freno. Creo que una mezcla de todo eso y el hecho de verme a mí teniendo que poner paños en todos los agujeros fueron el principio de mi separación. 
No soporto a la gente débil porque me parece que me faltan al respeto descaradamente a mí y a los demás. Todos tenemos problemas y nos duelen como si fueran los únicos; si yo puedo sobrellevar los míos, tú has de poder hacer frente a los tuyos. Y no hay más. Tú eres de las que sollozan, yo de las que se dejan la piel.

Me temo frente a ti, cualquier día de estos, soltando una serie de frases hirientes y destilando odio. Y no me gusta la idea porque puede hacerse realidad, porque puedo terminar con nuestra relación de un plumazo sin sentirme mal. Porque tengo fuerza suficiente como para ignorarte a pesar de ser quien eres, de lo que significas para mí.

Cuando el abuelo entró en el hospital yo sabía que no saldría de allí con vida y me negué a subir a la maldita planta de oncología por la que, espero morir antes, me tocará pasar a mí. No quería mancillar su recuerdo con la imagen deprimente de un moribundo que habitaba su cuerpo. Él murió el día que le ingresaron, lo sé. Tú sin embargo te mueres poco a poco y me obligas a ver tu deterioro. 
Tu marido toda su vida defendió la teoría de que había que pelear y luchar hasta el final y cuando pensaras que las cartas no podían hundirte más entonces era cuando más había que apostar. Lucha, defensa, ataque, fuerza, rabia, valor, coraje, ánimo. Él era todo eso. Era fuerte, era desgarrador, era atrevido y tú te estás dejando vencer. Tantos años a su lado y no fuiste capaz de embeberte de su carácter lo más mínimo. 

Leo lo que he escrito y me siento mal porque la impresión que se saca de ti es todo lo que yo jamás quise en nadie que me rodease pero es lo que veo. 

Hace tiempo que tú también partiste a su lado. Sólo espero que allá donde estéis sigáis cogidos de la mano y él te haya recibido, como siempre hizo, con un beso en la frente. 

Os quiero y os admiro por vuestra lucha, por vuestro sufrimiento, pero sobre todo por vuestra manera de amaros. Ojalá podáis estar orgullosos siempre de los que, por el tiempo que sea, nos quedamos atrás.

lunes, 20 de febrero de 2012

Mess

Nada ha sido como yo esperaba estos días. La salud tiene estas cosas: va y viene. Al menos he descubierto que los hospitales pueden ser lugares acogedores. Ella está mejor dentro de sus posibilidades.

Respecto a las decisiones sobre mi futuro, me pregunto qué harías tú de estar en mi lugar.

Últimamente pienso demasiado.



miércoles, 15 de febrero de 2012

La frontera entre siempre o jamás

Algo que durante un tiempo fue siempre y ahora sólo espero que sea jamás:

Hoy quisiera estar a mil kilómetros de aquí. Sola, en una fila del aeropuerto esperando a embarcar en ese vuelo que reservé meses atrás. A punto de despegar hacia aquella ciudad en la que me juré que la vida me sonreiría para siempre porque, de no hacerlo, yo le pintaría los labios hasta que consiguiera mostrarme su mejor cara. Tú no habrías aparecido de nuevo en mi vida porque haría un año que te habrías olvidado de mí, de lo que fui, de quién soy, de cómo beso. Puede que en la sala de llegadas me encontrase a una pareja de novios que se reencuentran, una familia con lágrimas en los ojos por volver a ver a su hijo y un carrito portaequipajes que alguien olvidó con las prisas que los abrazos contenidos siempre conllevan. 


Con calma saldría de ese aeropuerto y cogería un taxi hacia, probablemente, la parte menos bulliciosa de la ciudad. Me tomaría un café en el bar más solitario que encontrase y leería puede que uno o dos capítulos de algún libro de G.R.R. Martin; en inglés, of course. Llegaría a mi hotel y me perdería entre las sábanas de una cama que ha acogido más sueños que realidades. No creo que fuese capaz de dormir y sin embargo necesitaría estar allí tumbada, descansando de mí misma.

Bajaría a cenar y me cruzaría con un par de chicos que comentan algo acerca de una fiesta esta noche. A lo lejos vería a un matrimonio que ha perdido las razones para seguir juntos pero se esfuerza en encajar cada hora con la que le sigue para no romper algo que ya está hecho añicos. Me acordaría de ti, otra inoportuna vez, cuando pasase delante de esa vieja tienda de guitarras. Tú seguramente estarías con tus amigos de fiesta.


Llamaría a M. y le contaría que no hace tanto frío como ella predijo y que los viajes para encontrarse a uno mismo son más reconfortantes si se tiene un muffin´de chocolate en una mano y una taza de café humeante en la otra. Puedo escucharla reír. Colgaría y marcaría los números que me pondrían en contacto con T. y atropelladamente la escucharía llamarme ¡hermosa! y algo más en un gallego que estando en Madrid sale más a la luz de lo que lo hacía en Santiago. Ahora sería yo la que sonriese. 


No habría más 14 de Febrero que borrar del calendario porque cada año lo dedicaría a olvidarte. Seguramente seguiría saliendo con A. y acordándome de ti. Él se habría quedado en Mallorca y me habría enviado otro libro antes de haber salido de mi casa para que lo leyera en el avión. Me escribiría mensajes cada día diciéndome cosas preciosas. Yo le contestaría con algo menos bonito pero sincero. Las RayBan estarían en mi bolso y la chupa de cuero me continuaría delatando. 


Mi camiseta olería a colonia de chico y mi nombre seguiría escribiéndose con I, como el tuyo. 





martes, 14 de febrero de 2012

Punto

Como a todo texto hay que ponerle un final, la carta que llevo colgando aquí desde hace unos días también se acaba. Adiós a todos los malos momentos que vinieron desde ese día en adelante hasta hace unos meses. Fresh start.


14/02/2011

3 a.m.

"[...]Te voy a pedir un último favor, y es que no vuelvas a aparecerte por mis sueños nunca, no quiero pensar que te tuve y te he perdido y tampoco quiero que alimentes mis débiles y enclenques esperanzas. A partir de ahora Wish you were here dejará de ser una canción especial y algún día, con suerte, podré volver a escucharla y a sonreír pero de momento está vetada, como Coruña, como el color azul, como el tren, como la vida sin ti."
 

domingo, 12 de febrero de 2012

Reflejos

M. me ha dicho que mi pelo brilla tanto que podría pintarse los labios mirándose en los reflejos. No sé qué te parecerá pero a mí me ha hecho sonreír.

Vuelta a casa de mis padres pronto, las maletas  no dejan de hacer acto de presencia. 

Todos los días deberíamos oír cosas bonitas, así que yo empiezo: tengo ganas de no tener prisa contigo, de contarte los lunares y encontrar las cosquillas que no tienes, comer juntos un bol enooooooorme de palomitas y estar sentados en la arena jugando a las cartas mientras el mar se empeña en visitar la arena borrando las huellas de un niño pequeño que cree que esta vez  no se van a desvanecer cuando la ola llegue. 



14/02/2011

3 a.m.

"[...]A ti, que has sido el único que me ha visto llorar de alegría por hacerme feliz y de tristeza por agobio, a ti que has hecho que el día del amor comercial se tiña de negro y deje esa diabética tonalidad rosada, a ti, que me abrazabas haciéndome sentir protegida, te escribo esta carta esta noche, porque creo que 30 días han sido suficientes como para hacerme vivir un sueño en el que, para mí, tú sí eres ÉL. 

Ahora que me dejas huérfana de sueños e ilusiones, de fuerzas y de espíritu sólo te pido que seas más feliz de lo que jamás quizá pudieras haber llegado a soñar serlo conmigo puesto que, de los dos, uno seguramente lo consiga y ahora mismo no hay visos de que sea yo quien se alce con el triunfo. Disfrútalo y consigue que tu chica te mire con la admiración, el respeto, el cariño y la ternura que yo siempre procuré mirarte; oblígale a abrazarte con las piernas y con los brazos, sin dejar que los ojos, los labios y el resto del cuerpo se alejen ni un milímetro de ti, porque perderse tu tacto es algo que, como mínimo, debe ser pecado; haz que te acaricie la cabeza cuando hagáis el amor como lo hacía yo para poder verte mejor, porque cada vez que nos acostábamos las cosas que nos rodeaban se desvanecían, el mundo se paraba y nos demostrábamos que tú y yo éramos lo único que nos importaba porque era sexo cargado de amor y amor repleto de sexo, no conseguiré sentir con nadie eso que tus ojos me transmitían cuando estabas en mí; pídele que te escuche con calma y con atención, que cierre los ojos y se deje llevar por tu voz cuando habléis en la cama; no olvides pedirle que te cante bajito, como lo hacía yo para ver tu sonrisa de niño; que sepa jugar con tus manos y calentarte los pies cuando los tengas fríos, que te sueñe con tanta viveza que no distinga realidad y sueño y consiga que a la palabra felicidad le falten descripciones y conceptos, como me pasa a mí.[...]"

miércoles, 8 de febrero de 2012

No time

¿Quién dijo miedo? A esa persona yo le respondo: ¡Londres! Gran idea, Dark Knight. Ese festival pinta mejor que bien y pasarlo juntos en "nuestra" ciudad puede ser único. El modo ahorro comienza ya. Se aceptan donativos.




14/02/2011


3 a.m.

"[...]Dime que esto no se acaba de verdad, que es algún tipo de broma macabra que no acierto a comprender. 

A partir de ahora, tendré que ser sin querer serlo y eso es tremendamente triste porque, en realidad, es algo así como aceptar que el gris es un color tan válido como toda aquella gama de azules que pude descubrir cuando te miraba a los ojos. ¿Qué oscureció la sonrisa que dibujaban tus pupilas cuando me miraban en tu cama? ¿Qué le pasó al tacto de mi piel para que ahora tus dedos no lo vayan a echar de menos? ¿Qué olor sustituye al mío con tanta fuerza como para que quieras olvidarlo? ¿Qué fue de mí en ti para que no quieras que yo forme parte de nosotros?[...]"


martes, 7 de febrero de 2012

Back at home

De vuelta a casa con una sonrisa entre los labios. Hoy ha sido un día maravilloso. Me ha encantado compartirlo contigo. ¡Por muchos días así juntos! Y por nuestra casa: Valhalla.


14/02/2011


3 a.m.


"[...]Significas muchas cosas: eras aquél con quien quería empezar a confiar en mí misma con este nuevo aspecto y sin embargo, que me dejes, hace que tambalee cualquier tipo de estructura más o menos sólida que pudiera haberme ido construyendo. Eras ese compañero que quería que me acompañase en mis últimos momentos universitarios y en los primeros pasos de mi vida “adulta”, quería compartir contigo mi próximo cumpleaños y los que le siguieran, quería… y no quería, en realidad quiero, pero por ti y sólo por ti, tendrá que ser quería. Me canso de resignarme a los deseos de los demás, al final siempre estoy al servicio de otros: soy la voz del otro lado del teléfono cuando no hay con quien hablar, la que sin duda consigue que sonría quien lo necesite,  la que escucha pacientemente a los demás, la que… soy todo eso, pero también soy la chica que te quiere y que no sabe cómo va a hacer esta vez para volver a aprender a caminar sola, la chica que no sabe  qué credo rezar para olvidar que alguna vez le dijiste que “eres tú, es que eres tú, sin duda”. ¿Soy yo? ¿Qué soy yo? ¿Quién soy yo? ¿Por qué lo dijiste? No sabes lo que duelen esas palabras ni lo que me está costando tener un mínimo de oxígeno en mis pulmones durante algo más de unos segundos. Me estoy obligando a respirar, pero no quiero, ahora no quiero.[...]"
 

miércoles, 1 de febrero de 2012

Menos de 24 horas

Para irme de aquí por unos días. Falta hace un cambio de aires, que aquí empieza a llover y los días se ponen feos.


14/02/2011


3 a.m.

"[...] Te pediría que me dejases llorar tranquila, sin embargo, cuando me quiero dar cuenta, no estás a mi lado y no lloro porque no puedo, porque no quiero creérmelo, porque me duele el alma de tal modo que me paraliza y me cuesta respirar. Sin embargo, a pesar de todo, te cedo ese tiempo que me has pedido, aún sabiendo que si me dijeras un porqué, yo sería capaz de dormir esta noche, bien por agotamiento,  bien por tranquilidad. La paz que te decía antes que me aportaba el saberte en mi vida. Y esa calma se basaría en que al menos tendría claro que tú habías tomado esa decisión en base a tus creencias. Sabría que tú dormirías bien y eso me haría sentir menos mal que ahora, que por ignorancia me ahogo en este mar de dudas. 

Me has dejado tirada en medio de una tormenta en el océano y no me has permitido coger ni un flotador, ni tan siquiera me has indicado adónde nadar para llegar a la orilla. Aquí, en el lugar que más temor me genera, el desconcierto, te despediste a la francesa con la gracia flamenca de un buen silencio. Y olé.

Batman espero que me eche de menos, aunque sólo sea porque recuerde que, una vez, hubo una humana que iba cada cierto tiempo por sus dominios. La misma humana que le acariciaba con cariño cuando ponía ese gesto absurdo entre la rabia y el llanto. Batman… 

El 31 de Diciembre conseguiste que mi vida tuviera sentido, que las noches perfectas existieran en algún lugar más que en mis sueños. Que cada mensaje me  hiciera volar y llegar a Noia, a tu casa, a tu habitación y que cada centímetro que me acercaba, una lágrima de felicidad recorriese mi cara. Hoy, que ya me has dado billete de vuelta directo, que no soy nada, como tampoco lo era al comienzo de aquella noche, vuelvo a llorar e intento recordar tu risa para evitarlo, pero parece que el efecto es el contrario. Tu risa será mi llanto.

Hoy que me dejaste y te has quedado con el aire, los abrazos, los besos, los ¿quién te quiere a ti? y los minutos sin dejar de mirarnos, deberías de tener el valor para terminar de tirar de la soga y ahogarme, porque esto es agónico y no te puedes hacer a la idea de cuánto. No quiero cuidarme el corazón más, también te lo has quedado tú, así que apuñálalo, golpéalo, haz lo que sea que tengas que hacer para romperlo del todo. No tengo fuerzas, ni ganas, ni  posibilidades para curarlo más.. ya no hay razones.

Apareciste en el momento justo, el día que Edu volvió a Galicia comencé a hablar contigo, el día en el que volví a dejar una parte de mí a la vista, apareciste tú y aprovechaste el momento bien porque has conseguido volverme a romper. Pero no habrá más veces, más que nada, porque ya no queda nada que destrozar. Felicidades, has sido el último. 
[...]"