No sé qué opinarás tú de esto, pero yo lo llamaría desfachatez.
Se me han vuelto a descalabrar los planes una vez más y hoy no tengo nada que hacer. Había pensado en colorear mi vida con el caos de los problemas, sin embargo me faltan colores en la paleta y realmente no sé si tengo ganas.
También me he planteado volver a ver por enésima vez "La vida es bella". Es probable que incluso llore y me entren ganas de abrazar a alguien. Me encanta volver a ver películas que ya he visto... yo creo que hay algunas que cada vez las disfruto más, pero tú eso ya lo sabes.
¿Por ahí llueve? Supongo que sí. Aquí diluvia, el viento sopla con fuerza y no sé si la marejada es como predicen los meteorólogos, pero yo diría que es una auténtica jodienda tener que ir a pescar. Y todo esto, como siempre, lo digo sin saber nada. Ni de ti, ni del tiempo.
¡Ay! Que cada vez queda menos para coger el último tren del año con destino a casa de mis padres. No sé si quiero... ¿A qué sabe la indiferencia? A tostadas a medio quemar en el bar en el que desayuno todos los días, a café excesivamente cargado por el camarero que no me cae bien y a bucle del olvido en una boca que hace 15 días que no beso. A eso sabe hoy, mañana quizá sepa a sal como las lágrimas no vertidas, como el tacto de la piel intacta, como el olor de la colonia que aún no compré... como los "te quiero" que nunca nos dijimos.
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Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo precisamente por su perfecta imperfección.