jueves, 6 de octubre de 2011

Irreflexiones de una recién licenciada vol. I

Acabo de hacer algo dejándome llevar por la impulsividad. ¿Cómo saldrá? Lo cierto es que ni idea, pero hecho está. ¿Qué es? Apuntarme a una empresa de cazatalentos. Dicho así lo primero que viene a la mente es una estafa a una supuesta estrella con gran proyección y poco talento en un despacho lúgubre y lóbrego en alguna ciudad americana con más de dos consonantes seguidas en el nombre. He de decir que, al menos en mi caso, sé que no va a ser así. En realidad me acabo de inscribir en una página en busca de una oferta de empleo en el extranjero. He seguido los mismos pasos que mi primo y, al menos a él, parece irle de lujo.

Me canso de estar aquí ya. No por la gente, no por el lugar, si no por mí misma. A lo largo de este año sé que me quedaré para concluir la beca-porta-cafés que me han dado, pero no creo que deba permanecer más tiempo en esta ciudad. Fin de una etapa.

He pensado en matricularme para hacer el FIR el año que viene pero no sé si es buena idea. Ello me obligaría a estar 4 años más en algún lugar ahora mismo indeterminado en el que especializarme y luego... ¡el infinito! Sé que es una opción altamente recomendable y que, sin duda, tener una especialidad amplía de manera exponencial la posibilidad de encontrar un puesto de trabajo decente en este mundo loco. ¿Pero realmente me apetece? Tendría 29 (¡¡¡¡29!!!!) años cuando terminase y a esa edad me encantaría haber podido vivir todas las experiencias "locas" que quiero disfrutar. No es edad para seguir en los mundos de Yupi y no tener algo fijo. Mas para tener eso he de especializarme antes... La pescadilla que se muerde la cola.

Ahora entiendo aquella frase de mi madre: "te parece que estás luchando contra Goliat ahora mismo y sin embargo Goliat siempre está por venir".

Por lo pronto y ahora que sueño despierta, ¡cuándo no!, voy a seguir con estos informes que llevan tres días perforándome el cerebro. ¡Me merezco un descanso y un helado! Go for ´em!

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Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo precisamente por su perfecta imperfección.