jueves, 6 de octubre de 2011

Fuck you, people

NOTA: Esta entrada es simplemente para desahogarme. Contiene insultos e improperios de diferentes clases que no son propios de este blog, sin embargo, he sido incapaz de contenerme. Ruego se me perdonen estas vulgaridades y no se sientan ofendidos los lectores. No será la línea a seguir en próximas publicaciones, se lo aseguro.
Harta. Hastiada. Cansada. Decepcionada. ¿Por qué nadie se toma en serio sus obligaciones? ¿Por qué nadie respeta sus compromisos? A todo el mundo le da igual todo y luego claro, pasa lo que pasa, que se encuentran a alguien como yo, que no se toma nada a la ligera y les llama la atención.

Después de tres jodidos días devanándome los sesos por entregar un informe a la altura de lo que se supone que se espera de mí, sin ir al laboratorio porque otra profesora ha requerido mi ayuda (¡gran halago!), de haber pedido un justificante a dicha profesora para entregárselo a mi tutor correspondiente, he de escuchar esto: "¿Para qué me traes el justificante? Total tu presencia está bien, pero no tienes por qué venir todos los días. No te lo voy a tener más en cuenta para tus cartas de recomendaciones, ¿eh?"

¿Cómo que "¿eh?"? ¿Pero quién cojones te ha dado a ti el título de doctor, Espinete? Te entrego el justificante porque es mi OBLIGACIÓN (sí, se que es una palabra nueva para ti pero existe, te aconsejo busques su significado en el diccionario) venir todos los días, porque me gusta hacer las cosas bien y tener la conciencia tranquila. Porque yo he adquirido una serie de compromisos para contigo (que, sinceramente, son los que menos me importan) y con el proyecto (los más vitales porque son los que afectan a mis compañeros) que he de cumplir. Porque yo tengo palabra y si digo algo lo cumplo, ¿sabes qué significa eso? ¿Recuerdas tu genial idea de cromatografiar vía HPLC aquella muestra que quedaste en hacer tú (y luego no hiciste, mamón) y nos dejaste como auténticos subnormales delante de nuestra directora de proyecto? ¿Sabes la vergüenza y la rabia que sentí cuando tuve que disculparme por ti? No, no tienes ni puta idea de lo que es aguantar el chaparrón y el dolor que conlleva fallar a una persona a la que respetas y admiras tanto como yo lo hago con Elvira.

Eres todo eso que odio y no respeto y sin embargo, ahí me tienes, callándome la boca cuando en realidad sólo me viene a la cabeza la idea de partírtela. Me ulceras de un modo que no conseguiría jamás por vías naturales. Derramaría nítrico concentrado sobre tu apestosa y decrépita figura mientras te obligo a bailar la Danza Kuduro. Te sacaría los ojos para evitar que se cruzasen con los míos cuando estás en la misma sala que yo y te dignas a mirarme (con esos ojitos de sapo que acojonan). Te cosería la boca para no oír jamás tus sandeces ni tus insulsos discursos acerca de la ética en el laboratorio (¿acaso sabes tú algo de ética? ¿Y de moral? ¿Y de la vida en algún aspecto, soplapollas?)

No eres más que un lameculos indecente que ha llegado ahí (y jamás subirá ningún escalón) gracias a tus dotes (inigualables, esta vez sí) de peloteo. No tienes ni la más remota idea de nada pero ¡ole tus huevos, chaval! has llegado donde probablemente ni Anxo, ni Xo, ni yo lleguemos nunca.

Me he ido del laboratorio con ellos porque si me quedo dos segundos más te arranco la cabeza de cuajo, gilipollas. Te he aguantado muchas impertinencias y la tentativa de echarme hace dos semanas, no sé cuánto más habré de callarme la boca, pero al menos te puedo asegurar que por aquí echaré pestes de ti. Anxo se ha ofrecido a matarte por un precio razonable y Xo, con los cascos fuera, ha decidido que es hora de pasar a la acción. Nunca les devolveré de un modo equiparable la sonrisa que hoy han conseguido sacarme. No te soporto, me echan fuego los ojos y sólo tengo ganas de gritar, pero no puedo.

Tienes suerte, cabrón. Tengo las espaldas muy anchas para aguantar éste y muchos más desplantes que me hagas porque te puedo asegurar una cosa: yo nunca me rindo. Que te quede bien claro. No soy la típica chica que se doblega ante ti porque le hayas gritado, insultado o rebajado. Soy fuerte y no sabes cuánto y es mejor que te vayas haciendo a la idea (si es que tu diminuto e infecto cerebro de mosquito es capaz de llevar al extremo alguna línea de razonamiento que vaya más allá de la primera premisa hipotética) de que yo ganaré. Quizá no sea muy inteligente y es probable que tú te creas vencedor en batallas puntuales, pero yo resistiré y eso me hará derrocarte. Aún no ha nacido ninguno de tu deleznable especie que sea capaz de vencerme, capullo.

Y sí, ahora mismo necesito algo que me divierta. Tienes suerte de que reírme de ti me resulte tan sumamente sencillo que termine por parecerme aburrido y poco placentero, porque estaría haciéndolo hasta el día en que Wendy mande a tomar por el culo a Peter Pan después de darse cuenta de que sólo quería tirarse a Campanilla.

¡Ah! Y que sepas que mañana no pienso dejarme caer por el laboratorio, a ver quién cojones te termina de ayudar a clasificar tus putas muestras.

¡Ah! (x2)!  Bitch!

1 comentario:

  1. Solo una cosa, querida: ¡Bien dicho!

    Dejaré por un segundo las palabras hermosas de lado para apoyarte desde la distancia, porque NADIE tiene derecho a pasarte por encima, jamás, y es muy bueno que no lo permitas. Si quiere joder a alguien que busque a otra persona, porque sé que no te rendirás, y que además le mostrarás a ese pedazo de capullo que meterse contigo es encontrar la horma de su zapato.

    Apoyo tus palabras y sentimientos, es muy bueno sacarlos, y créame, si estuviera allí buscaría la manera de hacerla reír, de darle un poco de felicidad de la buena para que se olvide de esos tipos que se creen el centro del universo solo porque tienen un cerebro "mejorado" al de los seres comunes y silvestres como el resto de nosotros viles mortales.

    Un agrado, como siempre, leerla y digo, otra vez, muy bien dicho.

    Mucho apoyo, abrazos y besos desde la distancia para usted.

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Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo precisamente por su perfecta imperfección.