martes, 10 de enero de 2012

Not a good day

"...Tú estás bien en tu vida personal ahora, yo no" dijo Su. categóricamente. Me sonó raro. Creo que no estoy acostumbrada a ser yo la que está bien y verla a ella en ese estado que para mí resulta desgraciadamente conocidísimo.
Se lo he dicho mil veces. La última fue hace un año y no voy a volver a repetírselo porque me lo juré, pero debería hacer algo. Aguantar por aguantar, tener una relación por miedo a dar un puñetazo sobre la mesa, por una esperanza nimia que te hace creer que él va a cambiar y vas a ser su prioridad, no lleva a ninguna parte. Por mucho que le quieras, por mucho que duela asumirlo.
"Tú no lo entiendes, en tu tablón mental la respuesta siempre es hacer algo". Por supuesto, Su. Porque si no haces nada, las cosas por sí solas no cambian. No sabes qué pasará si expones un: "hasta aquí hemos llegado" y puede que eso le haga ver que tenerte no es algo fijo en su vida. Quizá reaccione como quieres que lo haga, pero si no lo hace al menos habrás sacado en claro que él no te merece. Sé que es duro, pero le habrá dejado la puerta abierta a alguien mejor. Y lo hay, tenlo claro.

No me digas que me quieres, demuéstramelo. Demuéstrame qué pequeñas cosas eres capaz de hacer por mí y yo haré las más grandes por ti. No debería olvidársenos a ninguno nunca que es eso lo que diferencia el amor del capricho. La capacidad de sacrificio.
Su. has dado cinco años de tu vida por él y no ha sido capaz de sacar la cara por ti nunca, ¿no ves que no te lleva a ninguna parte? Sé que duele saber que te estás equivocando y que la situación no se va a revertir pero... es mejor despertar a tiempo.

Te escribo aquí porque sé que no lo leerás, pero necesitaba decírtelo. No me gusta lo que veo, no me gusta ver cómo te autodigieres (ahora te entiendo M. Realmente es desagradable ver cómo alguien que te importa se consume por otra persona que vive impasible y ajena a esto) y sobre todo, no me gusta que no te enfrentes a ello. Los fantasmas asustan más de lejos que de cerca, enana. Yo me enfrenté a los míos y ahora quiero verte salir airosa de los tuyos.

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Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo precisamente por su perfecta imperfección.