En 4 días, más o menos a estas horas, todo habrá acabado. Yo me estaré encaminando a casa y mis padres acabarán de llegar. Probablemente ellos se habrán puesto manos a la obra para recoger todas las cosas que tengo metidas aquí. Empaquetar 6 años de mi vida va a ser un trabajo duro. Quizá no haya tantas cosas materiales como pueda parecer, sin embargo, en cada caja que contenga ropa, libros o zapatos, lo más probable es que vayan unos 300 recuerdos imborrables.
Con el tiempo llegará Septiembre y no me tocará empezar a pensar a qué bar iré para tomarme mi primera cerveza santiaguesa: Momo, Crechas, Modus, Reixa, Nido del Cuco, Novena porta, Tokio, Tattoine, Ruta... nombres que ahora se me ofrecen como parte de mi rutina pronto serán sólo postales de lugares en los que más de una vez acabé la noche y comencé el día, o quizá simplemente mi día comenzaba en ellos y la noche era todo lo demás; aún no lo tengo claro.
Sé que estos días escribiré más. Que colgaré mil textos. Que ninguno me gustará.
También sé que echaré de menos el olor a piedra mojada, el estar sola por las noches mientras me pierdo mirando por la ventana, quedar en el Zara de Plaza de Galicia y desayunar mirando a la Plaza del mercado de abastos, los conciertos en la Capitol, en el Sónar, el campus sur y mi facultad.
Ahora viene mi gran pregunta, ¿también se acordará de mí esta ciudad? ¿Alguna piedra de la Quintana se entristecerá por no volver a ver a la chica que se sentaba a leer tarde sí, tarde también? ¿El parque de Galeras recordará que yo iba a estudiar allí? ¿Quizá las nubes lluevan distinto la primera vez que lo hagan sin que esté yo?
No sé por qué... ahora suena "Love lost" de The Temper Trap en mi cabeza... será melancolía. Probablemente no. Aquí sólo vale la morriña.
oh.
ResponderEliminarEntiendo la sensación.
Tal vez las piedras no se acuerden de la forma en que lo haríamos nosotros pero a lo mejor al estilo piedrístico sí.
Y aunque no lo hagan, es maravilloso que tú las vayas a recordar siempre gracias a todos los textos que escribirás estos días.
...que aunque a tí no te gusten, a los demás seguro que sí.
Disfruta lo que te quede! ;)
¡Mil gracias Luna! El día se acerca.. de hecho se acerca sospechosamente y haciendo mucho ruido, que últimamente no hago más que decir: "os visitaré pronto/te veré en Madrid/venid a verme" y esas frases otra cosa no, pero ruido hacen de sobra y de más. Ojalá disfrutemos ambas en lo que nos toque vivir.
EliminarLos cambios son duros, pero a veces necesarios. Disfrutarás, estoy seguro.
ResponderEliminarLa idea es ésa, disfrutar siempre. Y sí, en este caso los cambios son necesarios. Espero que todo salga bien. Ya irás leyendo (y yo viviendo) y veremos qué ocurre. Ojalá que a ti también te toque disfrutar si es que no lo estás haciendo ya.
EliminarSiempre pienso que hay momentos que sólo pueden ser vividos en un sitio y en un tiempo concretos, y que una vez han cambiado estas particulares coordenadas la magia que permite que ocurran se pierde. Pero en los años que has estado en Santiago las cosas que habían de pasar, ya han ocurrido, y las que no, o no debían ser o mejor serán dentro de un tiempo cuando las condiciones sean más propicias. Al fin y al cabo la magia la lleva uno mismo consigo. Vayas donde vayas las posibilidades de ser feliz dependen de ti.(¿Te vas a los mandriles?)
ResponderEliminarIntento imaginarme cómo debe ser meter en una caja lo físico y material y empaquetar con ello también una etapa..
Es curioso que nosotros cambiemos tanto con los años y que cuando volvemos a las ciudades y los lugares parezca que no han envejecido
Definitivamente, hay momentos que son como son (en cuanto a lugar, relación con el tiempo, compañía, etc..) que sólo pueden ser de un modo concreto.
EliminarSí, el viento me llevará a Madrid en unos meses. Allí, a día de hoy, tengo más opciones de ser feliz tanto por promoción profesional como personal. :)
En realidad, es mágico que los lugares no envejezcan, nuestros recuerdos tampoco lo hacen y ahí está la cuestión de que esto sea tan increíble. ;)