martes, 26 de junio de 2012

A veces se me olvida

Cuán gris era todo hasta que apareciste. No quiero, ni puedo, ni debo volver a ese estado pre-tú. Puede que me fuera bien en algunas cosas pero no era, ni de lejos, parecido a cómo es hoy todo. La luz, las sombras, la oscuridad e incluso el temor tienen hoy un matiz dorado que hace que brillen incluso en los momentos más bajos. Sé que no estás bien, sé que tienes miedo de que yo vea una debilidad -no existente- y empiece a dudar de esto, de ti, de mí, de nosotros. Puede que te vea flaquear, pero no caer. Y si tuviera que ser así, mis manos serán cuerdas y tú volverás al único lugar donde has de estar: arriba.

Te quiero porque no tienes miedo de ser tú mismo nunca y eso es algo que te hace ser fuerte, valiente. Tengo mil razones más para estar tan loca por ti como lo estoy ahora pero ésas no las sé explicar aunque soy consciente de que las sabes entender.

Hay mil abrazos que se me escapan en dirección a ti para que te sientas arropado en estos momentos. Recuerda que yo estaré aquí antes, durante y después de la tormenta. Y si dudas de ello, mira la foto de tu estantería. Tampoco me he movido de ahí.

4 comentarios:

  1. En el momento en el que uno haya dejado de ser como uno verdaderamente es, habrá muerto para siempre.

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  2. y me enredo con los hilos de tu vida,
    y me enfrento a un inventario de castillos...

    A menudo te basta con saber que esa persona está (y estará) ahí. Como decía Freud, la soledad es uno de esos miedos que no se afrontan ni se superan en la niñez y nos acompañan en nuestra etapa adulta... Pero en verdad es tan fácil realmente darle a alguien esa seguridad, mantenerse en lo que se dice no debería ser tan complicado, y sin embargo..

    Y si lo consiguiera, ésa sería para mí una persona valiente.

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    1. La valentía es algo subjetivo. Lo importante es que consigamos hacer realidad cosas que, siendo objetivas, se mantengan.. entonces habremos hecho algo mágico. Valiente. :)

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Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo precisamente por su perfecta imperfección.