domingo, 10 de marzo de 2013

De odios





Si me odias quedaré yo convencida de que me amaste mi bien con insistencia,
pues ten presente, de acuerdo a la experiencia, que tan sólo se odia lo querido...

Odio quiero más que indiferencia porque el rencor hiere menos que el olvido.


5 comentarios:

  1. Tengo comprobado científicamente que no se puede odiar. Algun día desarrollaré mis argumentos, pero bueno, tampoco habría que hacerme mucho caso, que yo siempre he sido de letras.. Aunque lo de que yo, al menos, no soy capaz de odiar es cierto.

    Conocer a alguien que vuelca tanto de sí mismo por aquí es jugar con ventaja respecto a aquéllos que tienen que seguir el lento proceso del conocerse por el trato físico y personal

    Hace una temporada estuve enganchada a "Pequeño rock and roll"

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El odio, per se, no existe. Al menos yo también lo dudo. Creo que es una pérdida de tiempo porque al que odias o no lo sabe, o no le importa. Pero a veces, esa sensación tan extraña y difícilmente describible que tenemos cuando queremos -con todo nuestro alma- "dejar" de querer a alguien... podría llamarse odio, ¿no?

      Yo estoy enganchada a "Dallas-Memphis". No es normal lo de este hombre, ¡qué temones!

      Eliminar
    2. Habiendo odiado, odiando ahora mismo, habiendo sido odidado, y muy posiblemente, odiado en breves horas de nuevo, he de decir que me parece muy "atrevido" negar su existencia "per se". El odio existe, nace de nuestros temores, de nuestros miedos, principalmente de estos, de la mezquindad del ser humano, capaz de grandes hazañas y de las mayores ruindades. El odio está en nosotros, como una segunda naturaleza, odiamos porque tememos perder lo que poseemos, odiamos porque tememos al futuro, odiamos porque tememos fracasar. Sin embargo, es una sensación inutil, vacua, al mismo nivel de inutilidad que la culpa (no confundir con no asumir la responsabilidad de nuestros actos).

      Sin embargo, odiar es tan fácil.... descarga de tantas responsabilidades, nos evita mirarnos a la cara y decirnos "te has equivocado esta vez, siempre, todo el rato". Mucho mejor odiar: odiar a tus hermanos porque no están a la altura de tus expectativas, odiar a tu pareja porque no te escucha o no te comprende, odiar a tus amigos porque no te ayudan lo suficente. Odio, culpa y egoísmo. El trinomio maldito.

      El odio existe, y hay que abandonar su círculo para tener una existencia feliz, que es la meta última del ser humano. Como dijo Epicuro: "Una rica vida privada, rodeada de amistades y de placeres moderados con el mínimo de dolores posibles y tranquilidad en el alma, brinda la felicidad."

      Salud a todos los visitantes de este blog, tened presente que el odio está acechando el cualquier esquina, y la única manera de que el mal triunfe es que los hombres buenos no hagan nada.

      PD: Hablando de odio, nunca está de más reivindicar un relato muy a cuento: http://styrofoam.voidaudio.net/ihavenomouthandimustscream.pdf

      Eliminar
    3. Y después de mil años te contesto, aún no sabiendo qué ponerte.
      Está claro que el odio es inútil, fútil y que nos merma nuestra capacidad para hacer cosas. Sin embargo, ¿qué es el odio sino un nombre distinto que le damos al miedo? ¿Existe el odio? ¿Seguro?

      Sea como sea, muy probablemente teniendo tú razón (siempre se te han dado mejor las cosas filosóficas que a mí), a ti no te odio.

      ¡Te debo un abrazo y un gofre, honey!

      Eliminar

Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo precisamente por su perfecta imperfección.