viernes, 18 de mayo de 2012

Working on fire

Lo único que me hace seguir en pie es pensar que cada día queda un día menos para verte. Me levanto cansada de estudiar sabiendo que la rutina de mis próximas 24 horas no será muy distinta de la que llevé ayer y el día anterior y así sucesivamente. Sin embargo, cada día es distinto y estoy algo más contenta, no porque se acerquen los últimos exámenes, sino porque estoy unos milímetros más cerca de ti.
Tú y yo y yo y tú... últimamente mis ilusiones se resumen a la conjunción de esos dos pronombres en oraciones que proyectan sueños que por el momento no se pueden realizar, pero llegarán.
Confío en ti, en mí, en nosotros.
Es la primera vez que las cosas son así: fáciles, lógicas, consecuentes. Yo te quiero, tú me quieres, tú vienes a verme, yo iré a verte, conoces a mis amigos, yo conozco a los tuyos. Y el mundo no se rompe ni se disuelve por ello. No hay una bomba de iones escondida tras una noche que hará que por la mañana me levante con un mensaje de tu parte despidiéndote de mí. No. Esta vez no. Lo más probable es que a esa noche le siga un toque tuyo, un mensaje o quizá las dos cosas.
Ayer me dijiste que tengo tu corazón y que cuando lo entregas tú no te vas. Nunca me han hecho portadora de algo tan valioso como esto, sin embargo sé que lo haré bien, que puedo hacerlo y que contigo me encanta.

Te estás encargando de hacer que ésta, sea la primera vez que dure. Estás consiguiendo que ésta, sea la única historia de mi vida presente y futura y no quiero más.

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Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo precisamente por su perfecta imperfección.