lunes, 14 de mayo de 2012

Breath of life

Viniste y te fuiste en 48 horas exactas, dejándome acompañada por tu esencia, tu curiosa manera de ver el mundo y todos los besos y abrazos que fuimos capaces de darnos en ese corto -pero intenso- espacio de tiempo.

Me abrazaste tembloroso nada más bajar del avión y yo creí que el mundo tendría la deferencia de pararse para siempre porque tenía claro que todo iba a salir bien desde el instante en que te miré a los ojos.
El viernes fue la toma de contacto y el sábado la resaca que te hace consciente de que todo lo bueno se termina, al menos en lo que a tiempo se refiere, porque la sensación perdurará de forma infinita. No me han besado nunca con el amor con el que tú lo hiciste, ni tampoco me han tocado como si mi cuerpo fuera de seda, tal y como tus dedos hicieron. También prendimos fuego a la cama y a las cortinas, al día, la noche y la mañana, pero eso lo único que le aportó a este fin de semana fue magia, porque incluso los momentos más pasionales, al menos para mí, fueron de puro amor.

Te llevo queriendo 2 meses, desde el mismo instante en que nos presentaron. Eres la viva encarnación de lo que siempre quise. Y eres real, lo que te hace estar por encima de cualquier sueño. La realidad siempre supera a la ficción. Doy fe.

Te presenté a dos de mis amigos y supiste acomodarte a ellos, a mi gente. Tomamos un par de cervezas en el jardín del Momo y te abrí la Novena porta que da a las portadas de discos más geniales de la historia con otra Estrella Galicia en la mano. Te movías por mi mundo como si siempre hubieras formado parte de él, lo que me lleva a pensar que desde el principio deberías haber estado presente. No ha habido nadie que me respetase, amase, quisiese, escuchase, confiase o cantase como tú. Hicimos el amor todo lo que quisimos y después tú -aún me pellizco para darme cuenta de que estuviste aquí- me abrazaste desnudo cantándome canciones de Queen.

¿Quién quiere dormir si se puede vivir en un sueño?

2 comentarios:

  1. ¡toma ya!
    (qué envidia hija, pero que bonito verte feliz)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Ay Anna! Ésta me tocaba por todas esas veces que has leído y todo ha terminado en lágrimas. Además, una también ha de saber escribir cuando todo va bien, no?
      Espero que tú sonrías, corazón.

      Eliminar

Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo precisamente por su perfecta imperfección.