miércoles, 28 de marzo de 2012

On strike

Mañana hay huelga y tú estás en el hospital y yo no tengo modo de ir a verte.

Y si te mueres, no habrá sindicalismo que represente la opresión tan flagrante que me habrá producido no poder decirte adiós. ¿Y a qué gobierno deberé quejarme? ¿Quién reivindicará mi pena? ¿Los 200 contenedores que van a arder? ¿Las cristaleras rotas?

Nunca pensé que el país se pondría en huelga cuando tú te murieras, sabía que eras una gran mujer, pero no que conseguirías tanto.
Te quiero, aunque no te lo haya dicho lo suficiente.

lunes, 26 de marzo de 2012

Una gran verdad

Un error:
Siempre tiendo a darlo todo a la primera.

Un acierto:
Siempre tiendo a darlo todo a la primera.

¿Paradoja?

jueves, 22 de marzo de 2012

The end

Punto final a todo aquello que me hizo sufrir no mucho tiempo atrás.
I., simplemente: ¡suerte! 

martes, 20 de marzo de 2012

Wheels

No sé por qué pero tengo la sensación de que ya he estado aquí antes.

Hoy, que la primaveral luz se cuela entre las cortinas de mi habitación, me he topado contigo, I. Tú que me volviste a dar boleto hace un mes, hoy huiste del bar a toda prisa. Tu acompañante casi se ve obligada a hacer un juego de manos para que su café no quedase en el aire y así poder seguirte; para otra vez procura no correr, que los tacones no juegan buenas pasadas y quizá tengas que curar esguinces ajenos causados por amores propios. Quizá por desamores.

No me había percatado de tu presencia hasta que rodeaste absurdamente la barra por no pasar a mi lado y hablaste con la camarera. Vi la manga de tu permanente chupa de cuero al untar la mantequilla en mis tostadas y sin hacerme falta subir la mirada supe que esos dedos alguna vez escribieron mi nombre. Supongo que por curiosidad hice el recorrido ascendente que me llevó a tu cara y...voilà. Allí estabas tú. Giré la cabeza para evitar recordar todo el daño que me hiciste y, sobre todo, para ocultar la vergüenza que me da saber que la segunda vez la culpa fue mía. Ya sabes, baby: si te fallan una vez, la culpa es del otro; si te fallan dos, el error es tuyo.
No negaré que hiciste que el pedacito de pan que tenía en la boca me supiese a hiel, sería absurdo renegar de la sangre que veo brotar de mi dedo al cortarme, sin embargo, sé que esto me ha hecho más fuerte. Y me siento orgullosa, no te puedes hacer a la idea de cuánto. Me extrañó que siendo tú el que se empeñaba en darme la explicación a toda costa hoy no enarbolases la bandera de la madurez viniendo a saludarme pero como comprenderás, no sería yo quien fuera a tu mesa a envenenarte el café con leche, que ya sabes que para mí es bebida divina y por tanto no debe ser mancillada.

S., presente durante todo el entreacto, jura y perjura que me viste; yo prefiero pensar que no y que mi invisibilidad simplemente me ha dado la ventaja de ir probando cuán fuerte es mi coraza para el día en que el choque sea frontal e inevitable, que lo habrá. 

Hoy, que la primaveral luz se cuela entre las cortinas de mi habitación, salí de casa sabiendo que iba a verte. 

domingo, 18 de marzo de 2012

Maybe you will remind me

Siempre he pensado que cuando el tiempo fuera haciendo que se quitaran hojas del calendario y las rupturas hubieran quedado en una parte de la memoria que diera al abismo del olvido la otra persona se acordaría de mí y dejaría de verme tan patética por haberle querido a mi modo. Tengo la certeza de que todos pasamos por lo mismo y que el que hoy llora, mañana reirá.

Sólo sé querer dejándome la piel y visto desde la perspectiva de la continua derrota es denigrante hasta puntos extremos porque salir al campo de batalla a pecho descubierto hace que todas las veces tengas heridas y, por fuerza, todas sean mortales. Sin embargo, también te otorga esa capacidad errática de conseguir que la vida para ese elegido que decidiste que amarías sea del color que él prefiera porque tú, en este caso "yo", me encargaré de que así sea: buscaré esos pasteles que te gustan y hacen sólo en la pastelería del barrio más recóndito de Barcelona para que desayunes un día en la cama, reservaré un hotel y conseguiré entradas para ese concierto del grupo que sé que terminarás adorando, planearé coger el tren-hotel que sale siempre antes que el mío para que sepamos cómo es la estación donde termina su ruta, escribiré tu nombre mil veces en la luna para que veas lo bello que es si eres capaz de mirarlo como yo....

Y así, descarnadamente vergonzosa, es la línea que rige mi comportamiento relación tras relación. Pintando de color el cielo de sus noches y dando gracias porque alguna vez ellos me enviaron una canción por Spotify, se acordaron de mi existencia con un sms o tuve la suerte de que me llegase un whatsapp de su autoría.

Pero la vida hará que el día que ellos no quieran dormir por ver dormir a la otra persona, cuando se les encoja el alma de tanto pensar por qué no les reclaman ni les recuerdan que les quieren, escuchen esa canción especial y al otro parezca darle igual... entonces se darán cuenta de que yo no era tan tonta, ni tan ilusa; de que muchas veces callé por no hacerme daño, de que la mayor parte del tiempo me obligué a pensar que me querían como yo a ellos para poder seguir esforzándome, de que la vida, cuando quieres a alguien que no te quiere, es una mierda pero ¡ay amor! sin él es aún peor.

Y todos, sin excepción alguna, volverán a acordarse de mí.

sábado, 17 de marzo de 2012

Blues deluxe

Parece ser que no soy la única que piensa que no dar señales de vida cada día cuando se tiene una pareja no es normal. Que un mensaje no cuesta nada y que cuando se está online lo normal es saludar y no dejar que pasen horas y horas y horas. También parece que a D. le repatea exactamente igual que a mí que después de 3 días sin decirte nada, cuando vuelve todo al normalidad y eres tú el que no contesta te terminen echando la bronca y tildando de malo. 

D. es un hippie, pero de los de verdad. De ésos que se dejaron las greñas con 14 años porque se prometieron a sí mismos ser una especie de George Harrison de su época. Un soñador, una suerte de John Lennon (gracias a Dios sin Yoko Ono). 
Termina la carrera en Junio y cree que en la vida hay que ir construyendo castillos en el cielo mientras se van poniendo ladrillos en la casa terrena. Ama la música por encima de todo y a pesar de su edad cree que en los Spandau Ballet hay un grupo infravalorado y que la nueva cantante de Nightwish no sobresale. Llora de la risa con los Monthy Python y viste como Eddie Vedder. Sonríe como un niño y canta como Enrique Bunbury. Habla por los codos y podría pasarse la vida viajando. D. es un pequeño sortilegio que envía mensajes con sonrisas cuando la esperanza aún es un feto secreto en el interior de quien los recibe. Conoce a Micah. P Hinson y creo que se me encogió el alma cuando vi que él también desconectaba con The cinematic orchestra. D. escribe y hace vídeos con canciones olvidadas para recordarse por qué merece la pena seguir soñando. D. me llama guapa y el que se pone colorado es él. 
También sueña con Berlín y sus estruendos amorosos no han durado más de 3 meses. Es un ganador pero también un oso de peluche, uno de ésos que te dice: "yo es que hablo mucho y antes,muchas veces, cuando estaba con las chicas que me gustaban me ponía a hablar aún más por los nervios y ellas pensaban que no quería nada. Así que si me pasa eso contigo, por favor, recuerda esto".  
Al volver de la facultad se para en un camino con árboles, se tumba en el suelo y ve atardecer. D. sonríe porque piensa que las fondues de queso son regalos divinos, las de chocolate proceden de otro mundo y si puedes compartir la vida con alguien, entonces eres feliz. 
D. no quiere cumplir años ni cortarse las greñas, pero sabe que las dos son cosas que pasarán y se mentaliza para ello. 
D. quiere quererme pero tiene miedo. Y yo... yo tengo tiempo. 

sábado, 10 de marzo de 2012

Casting



Hablando con mis amigas acerca de cómo sería el chico ideal que me gustaría encontrar, todas pensaban que pedía mucho hasta que les dije: "¿por qué he de conformarme con alguien que me dé menos de lo que yo le ofrezco?

viernes, 9 de marzo de 2012

Before sunset




"Yo suelo sentirme como un bicho raro. No soy capaz de pasar de una cosa a otra así, sin más. La mayoría de personas cuando tienen una aventura o una relación larga y rompen la olvidan. Pasan a otra cosa y olvidan como si nada hubiera pasado. Yo jamás he olvidado a nadie con quien he compartido algo, porque cada persona tiene sus cualidades propias. No se puede reemplazar a nadie. Lo que se pierde, se pierde. Cada vez que he acabado una relación me afecta muchísimo, jamás me recupero del todo. Por eso pongo mucho cuidado en las relaciones, porque me duelen demasiado... aunque sea el rollo de una noche. No suelo tenerlos porque echaría de menos las cualidades propias de esa persona. Me importan los pequeños detalles. 
Será una tontería pero, según mi madre, de pequeña siempre llegaba tarde a la escuela. Un día me siguió para averiguar por qué. Me entretenía mirando caer las castañas de los árboles, cómo rodaban bajo la acera o las hormigas que cruzaban la calle, el modo en que una hoja proyectaba su sombra sobre un tronco... los detalles. Lo mismo me ocurre con las personas. Necesito los pequeños detalles, son el reflejo de cada uno de nosotros, es lo que echo de menos constantemente; por eso no se puede reemplazar a nadie, porque todos estamos hechos de pequeños y preciosos detalles."

martes, 6 de marzo de 2012

Stay

Con esas 4 letras consiguió hacer que todo cambiara, que por una vez fuera yo la que se sintiera especial e importante. "No quiero que te vayas". He dicho tantas veces esa frase que escucharla en sus labios me pareció un sueño.

B. tiene la capacidad de sonreír como un niño pequeño siendo un adulto con perspectivas de futuro serias, de ésas que mis parejas no han tenido nunca.

B. es el chico inteligente de la clase, el empollón. El incomprendido, tímido y quizá algo distante delegado que todos los profesores intentan hacer que convenza a sus compañeros de que el día del examen es el que se puso en primera instancia y modificar la fecha no es viable. También es el que se queda hasta altas horas de la madrugada haciendo trabajos en los que la perfección no puede ser sino una constante.

Ver una exposición de pintura flamenca, comprar gominolas, caminar bajo la lluvia, hablar de arquitectura y que un chico llevase zapatos, abrigo de paño, bufanda y chaleco creí que era imposible de aunar en una sola tarde y sin embargo hoy ha sucedido.

¿Quién dice que la vida no puede ser maravillosa? La tarde de hoy ha sido un regalo y he sabido aprovecharlo. Gracias a quien corresponda por ponerlo en mi camino.

sábado, 3 de marzo de 2012

One shot!

Hay noches, como la del jueves, que te hacen ver las cosas de otra manera. Noches en las que parece que el mundo te sonríe y te lleva a pensar que haces bien al tener un pensamiento alfa, positivo; que realmente las sonrisas llaman a las sonrisas y la bondad a los pequeños milagros. 

Fui a un concierto íntimo en un pub cualquiera. Yo estaba plenamente centrada en verte cantar y tú en mirarme. Vagabundeabas por la sala pero acababas siempre naufragando en mis ojos. Cantaste todas esas canciones que siempre soñé escucharte en el Libertad 8, Clamores, Búho Real y otras tantas salas de Madrid que aúnan el espíritu bohemio, la lucha y el amor descarnado más puros. He visto mil vídeos tuyos en esos locales, cantando, y yo me he soñado allí, disfrutando. 
El concierto terminó, compré tu disco y T. se hizo con todo el merchandising. Nos quedamos hasta el final para poder compartir contigo unas palabras. T. sugirió que pasase yo primero y así lo hice. Me diste dos besos y me preguntaste qué tal y otras cuantas banalidades más. Te respondí y me miraste a los ojos, firmaste el disco y me pusiste: "I. espero que te miren con carita de tonto. Gracias por estar cerca. M". Te di las gracias y me separé. Tú seguías mirándome.
T. como el vendaval que es, llegó ametrallando el ambiente con su risa. Firmaste su disco, el libro y yo os saqué una foto. Fin aparente de la acción hasta que tú me inquiriste: "¿y tú no quieres una?". Fue mi sorpresa la que contestó: "No, no, gracias. Yo es que salgo fatal siempre". Quiero pensar que fue tu educación la que dijo: "Ven anda, que ésta saldrá bien". Me acerqué. T. se disponía a hacer la foto cuando tú le pediste que te diera la cámara, me agarraste y sacaste la mejor foto que he tenido en mucho tiempo. Le pediste que nos la enseñara y sentenciaste: "Salimos fenomenal. En serio, estamos genial. Quedamos muy bien...juntos." Te di las gracias y nos fuimos, esta vez sí, contigo sin dejar de mirarme y con alguna frase peleando por salir de tus labios. 
T. y el resto de chicas que esperaban me miraban con envidia. Yo aún estoy intentando descifrar qué venía después de todo aquello que no pudimos decirnos. Y tú, en Madrid, ahora no recordarás que conseguiste hacerme sentir importante, tampoco te acordarás de mi cara, pero seguro que no has olvidado mis ojos.