Sí, sin duda. Soy idiota y de regalo de Navidad tengo una certificación.
La familia, como siempre, se ha portado entregando paquetes que, probablemente, no sean merecidos; del cariño y todas esas cosas no comentaré nada puesto que es obvio que lo he tenido y en dosis que aún no soy capaz de digerir.
¿Me arriesgo a hacerle caso al corazón o a la cabeza? Tengo que tomar una decisión y ha de ser ya. Todos los factores que me empujan a quedarme son los mismos que me invitan a irme a probar suerte a otro lugar en dos meses. Siempre he tomado mis decisiones por impulsos emergentes de las mismísimas entrañas. De repente, como por arte de magia, un día me levanto con la decisión tomada -meditada hasta límites insospechados- y suele estar relacionado con que quiero a alguien que está en ese lugar. Sin embargo, al cabo de dos meses allí... todo se tuerce, me quedo sola con mi decisión y la vida tiñe de gris todo lo bueno que me reporte lo laboral.
Sinceramente, ahora mismo necesito una burbuja. Hablar muchísimo de cosas que no tengan nada que ver con esto y algo que me aporte seguridad.
Se aceptan sugus y lacasitos.
Sugus, lacasitos, ferreros, todos son bienvenidos.
ResponderEliminarPuedes probar de bailar til we're dead porque la música es el mejor antídoto para tantas cosas..
Las decisiones de nuestro camino siempre son muy viscerales. Aunque haya desilusiones, yo seguiría haciendo que fuera así, sino pá qué? Deberíamos vivir más así y pensar menos. Quizás.
No me gusta lo que representan estos días, pero espero que hayas tenido un buen día navideño.
Besines y ánimos
(el otro día me enteré de la gira de Quique y me dio una alegría del mil. Espero que surja el mismo efecto si te vuelvo a traer a la mente este futuro concierto. Seguro que ya lo sabías)
ResponderEliminarA ver, yo soy más de conguitos, pero bueno, para conversar valen igual no?? ;)
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