Hoy, sin saber el porqué, me he acordado de ti. La tubería ha vuelto a aparecer y me he estremecido. Tengo una cuenta pendiente contigo, Dark Knight y quiero saldarla.
Las cosas acabaron y es algo que está entendido, asumido y archivado, sobre todo porque fui yo la que tomé la decisión de hacerlo y creo que eso me ha ayudado; sin embargo el amor que sentí por ti - y que una parte de mí siempre sentirá - merece algo más de respeto.
Me dijiste que me habías idealizado, seguramente yo a ti también, pero ni la primera noche que pasamos juntos, ni el ver aquel documental chorra un viernes tarde en casa, ni el concierto de The Answer, ni otras pequeñas cosas que vivimos juntos las he idealizado. Todo eso lo he vivido, lo he vivido contigo y para mí, son pequeñas píldoras de felicidad que no quiero olvidar ni empañar.
Quizá ya no pases por aquí y esto se quede en un canto al viento sin más, puede que sea la mejor opción, pero por si alguna vez lees estas palabras, necesito contarte un par de cosas además de todo lo que he puesto ahí encima.
Lo siento. Siento el daño que te haya podido causar porque esta última vez sí creo que la balanza estaba equilibrada en cuanto al cariño y a la predisposición de ambos. Es absurdo negarlo: busco una redención egoísta y personal pero creo que me sentiré mejor al publicar este texto. La relación siempre es cosa de dos y siento que los dos fallamos. No le hicimos justicia a lo que pudo haber sido. Nos limitamos a cumplir lo que tenía que ser.
Aún me pregunto cómo pudimos hacerlo tan mal...
Estoy segura de que llegarás a ser tan grande como quieras, no sé si tanto como imagino pero sí como quieras. Te deseo lo mejor, siempre, desde cualquier canción, porque sé que siempre habrá alguna que te lleve a mí.
Saludos desde el otro lado de la tubería.