Y tú sigues ahí, enviándome correos hasta que cierran las luces y sólo queda el brillo de cada uno iluminando el camino de vuelta. Tú me dices que estás dispuesto a venir hasta aquí para tomar un café, sólo eso.
Tú quieres cancelar la hipoteca conmigo y ser mi preferente.
Tú quieres que te quiera.
Y a mí, todo eso, comienza a hacerme ilusión.
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Si todo es imperfecto en este mundo imperfecto, el amor es lo más perfecto de todo precisamente por su perfecta imperfección.