viernes, 13 de mayo de 2011

Ain´t no way

Pues sí, este martes cumplí un año más y de regalo recibí, además de unas cuantas cositas materiales y otras tantas inmateriales, la felicitación de ese ser que hizo que escribiera aquí la entrada anterior a ésta... bueno, y alguna que otra más que preceden a ésa. Un escueto "feliz cumpleaños" y el "All apologies" de Nirvana dieron paso a una nueva desestabilización y a mil preguntas que aún intento responder. Tras escuchar un número próximo al infinito de veces la canción, decidí contestarle con otra:"A matter of time" de Foo Fighters y un mensaje similar en el que le daba las gracias por la felicitación, expresaba mi sorpresa por recibirla y le mostraba a pecho descubierto que le había perdonado.

No quedó ahí la cosa y al poco tiempo de haber respondido yo, recibo otro mensaje aún más disparatado si cabe, en el que además de alegrarse por mi perdón, especula con la posibilidad de ver si algún día podríamos hablar sobre lo sucedido meses atrás. Knocked out. Así estoy, sin saber a qué viene esto ahora, qué es lo que quiere ni cuándo va a suceder esa conversación, si es que llega a tener lugar.

Ahora la pelota está en su tejado y lo único que deseo es que se mueva rápido porque no creo que me merezca seguir con esta incertidumbre ni un minuto más.

El caballero oscuro, "My dark Knight".  No sé si te pasarás por éste, mi reducto de verdad en el intrincado mundo de la red de redes; pero si lo haces, ese egoísmo que promulgabas y que si algún día te sincerases contigo mismo verías que no es tal, se sentirá pleno, pues has copado las últimas entradas de manera irremediable.

Voy a intentar pensar como tú y ponerle respuesta a cada una de las dudas que me has generado, espero que con tiempo me las despejes tête à tête. (formulas preguntas con semilla de respuesta y conozco cuál es tu camino, de memoria ¡ay Héroes, qué sería de mí sin vosotros!)

¿A qué viene esto ahora? Sé que hay una parte de ti que sigue acordándose de mí tanto como yo lo hago de tu mismidad, también sé que te sientes mal por lo que pasó y que te ha removido las entrañas varias noches,  sé que me amaste y que nunca dejarás de hacerlo en un porcentaje que no sé determinar, es por ello por lo que necesitabas pedirme perdón. Ahora simplemente es porque encontraste una excusa perfecta para ponerte en contacto conmigo. No tenías que enfrentarte a una realidad cruda sin ningún tipo de parapeto con el que anunciar tu llegada, de este modo maquillabas tu venida.

¿Qué quieres? Lo más profundo de mi ser desea que sea algo más que una conversación, sin embargo, para que ese deseo sea secundado por mi raciocinio he de ver en ti un cambio que tu ambiente no creo que favorezca, al menos por lo que pude observar cuando estuve en las líneas enemigas. Siendo lo más racional y objetiva posible me parece que lo único que debo esperar es una disculpa completa y en condiciones, no te pido que sea comprensible porque estoy casi segura de que es imposible que lo sea, pero al menos inténtalo. 

¿Cuándo va a suceder? Te mentiría si te dijera que no he dudado de que me vayas a llamar. Es más, sigo dudando. Si cedo a mis necesidades deberías de haberme llamado hmmmm pongamos... hace tres meses, más o menos, tampoco quiero ser muy estricta con las fechas. Just trolling, babe. Llámame, es un ruego, dime lo que sea, incluso que no quieres decirme nada, pero llámame. Me lo debes, nos lo debes. Espero que no pase de este fin de semana. Échale valor al asunto y hazme un buen regate. Ya has disparado una vez y le has dado al travesaño, ahora sólo te queda marcarme un gol por la escuadra, que será recibir una llamada cuando menos me lo espere, como tu felicitación de cumpleaños. Celebremos que hace tres meses que me dejaste con una llamada reconciliadora de almas, ¡oh vamos, hermano! I saw the light! Ilumíname con tu palabra, sé mi mesías y despéjame con frases ambiguas ese futuro incierto que me deje claro que seré de todo menos fariseo, que María de Magdala, en el fondo, sólo es la "Carmen" de Bizet; que aún wish me where there. 

Sabes que después de todo esto, de mil palabras, doce mil dudas y tres millones de imperfecciones, cuando me llames, me digas lo que me digas, si es que me dices algo, mi pequeña yo interior seguirá pensando que me amas, que quieres estar conmigo y que tú también recuerdas aquel sueño que me contaste la primera vez que me dejaste entrever que eras el príncipe prometido.

Por si acaso, y haciendo gala de la dignidad que me queda, tiraré de Aretha y te diré que "Ain´t no way for me to love you, if you won´t let me... How can I give you all the things I have if you can´t handle my hands?", porque, seamos serios, ¿qué hay más digno que la sinceridad?

Si tú cedes, yo no huyo.